El pasado viernes el consejo de ministros dio el visto bueno al anteproyecto de Ley de Mejora del sistema educativo, que el ministerio de Educación ha elaborado. Las reacciones, que ya vienen desde que se empezó a hablar de cambios profundos en nuestro ordenamiento educativo, se han recrudecido.-
He leído algunas de las reacciones de partidos políticos, sindicatos mayoritarios, más o menos con vitola de independientes, asociaciones de padres y estudiantiles.-
No he encontrado ni una sola aportación a la mejora de la ley, todas sin excepción rechazan la reforma que se propone. Unos rechazan el proyecto por considerarlo contrario a sus políticas regionalistas y otros porque sus objetivos educativos, se basan en una escuela única, autogestionada y publica, los padres ni cuentan, en la que el estado sea el “factatum” del sistema escolar, tanto en los niveles básicos como en el resto del sistema educativo. “Hijos del estado”. No sé el papel de los sindicatos en la organización pedagógica y de contenidos de la enseñanza, cuando sus fines se circunscriben al ámbito laboral. Distinto es el papel de los padres pues deben ser los protagonistas de la educación de sus hijos. No obstante, se difumina su papel cuando lo que plantean es café para todos, sin tener en cuenta los derechos de otras familias, y se convierten en palmeros del gobierno.
Con estos planteamientos es difícil reconocer la mentalidad de estado, el pluralismo social y la ausencia de uniformismo, y respeto al derecho de los padres, que debe presidir las acciones de gobierno de cualquier opción política que quiera conducir el futuro de un país, que se basa en la educación, hacia metas altas y no a la mediocridad.-
La situación de la educación en España, por ponerle un adjetivo suave, es lamentable. Esto lo sabemos todos y en especial los que nos representan. Hemos llegado aquí después de veintitantos años de gobierno de un partido político, en los que se han puesto en marcha varias reformas educativas, cuyo fundamento base eran la igualdad :el rasero por abajo, la complacencia , la falta de valores, el cambio de la sociedad.
No defiendo el nuevo proyecto de ley que tiene cosas que habrá que mejorar en el periodo de discusión en el trabajo parlamentario, con la aportación de soluciones de todos los partidos, a los problemas reales de la educación, dejando de lado otras consideraciones particulares o ideológicas.-
Me ha llamado la atención como la Lomce al tratar de los centros de educación diferenciada, ratifica los principios de la ley de Zapatero: dogmatiza como sistema de enseñanza la educación mixta, cuando el papel del Estado debe ser, fomentar el pluralismo pedagógico facilitando, el acceso, a los padres a opciones educativas lícitas y pedagógicas que más les convengan a sus hijos.
Así mismo, en vez de salvaguardar los derechos de los padres en todas las comunidades autónomas deja en manos de estas la concesión o no de conciertos, por razones de organización escolar, con lo que habrá no un sistema educativo igual con los mismos derechos en todas. Ya sabemos lo que está pasando en Andalucía y en alguna otra comunidades, con los conciertos de centros de educación diferenciada.-Se ha conseguido con las sentencias del Tribunal Supremo que haya dos posturas ante sentencia por motivos de ideología.
Aún se está a tiempo de corregir estos errores, que perjudican a las familias sacando definitivamente la ideología de las escuelas.
Fernando Villar Molina