Leído en el Wall Streeet Journal de hoy, versión norteamericana, unas cuantas excusas de las más pintorescas que se pueden dar para no ir a trabajar (según una encuesta de 2.494 directivos y 3.976 trabajadores, hecha por CareerBuilder):
Mi perro ha tenido un ataque de nervios.
Van a exhumar los restos de mi suegra para una investigación de la policía.
Un dedo de mi pie se ha quedado enganchado en un grifo.
Estuve viendo una película y me ha afectado profundamente.
Me he puesto enfermo por leer demasiado.
He sufrido un desengaño amoroso.
Mi pelo se ha vuelto de color naranja al teñirlo.
Me ha picado un pájaro.
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