PARÍS, 13 Dic. 12 / 04:25 pm (ACI).- El gobierno socialista de Francia anunció la creación de un “Observatorio Nacional de Laicidad”, una iniciativa que en la práctica se traduciría en una violación a la libertad religiosa con la deportación de musulmanes, judíos y cristianos que sean considerados portadores de una “patología religiosa”.
El presidente Francois Hollande, que en su campaña electoral ofreció legalizar las uniones homosexuales equiparadas al matrimonio, dijo el 10 de diciembre que en el año 2013 se establecerá el citado Observatorio.
Este organismo, señala un comunicado oficial de la presidencia, “tendrá como tarea formular propuestas sobre la transmisión de la ‘moral pública’ para darle un lugar digno de ella en la escuela”.
Aunque el comunicado no precisa los alcances del Observatorio, ha sido el Ministro del Interior, Manuel Valls, quien explicó su misión. El funcionario indicó que “el objetivo no es combatir las opiniones con la fuerza, sino detector y comprender cuando una opinión se hace potencialmente violenta y llega al exceso criminal. El objetivo es identificar cuando es bueno intervenir para lidiar con lo que se convierte en una patología religiosa”.
Valls –cuyo gobierno permite la pornografía con muchachas de 18 años de edad– resaltó que el Observatorio se enfocará en extremistas de todos los credos y puso como ejemplo al grupo lefebvrista Civitas, cuyas acciones consideró “en los límites de la legalidad”, cuando ha protestado en más de una ocasión contra el aborto, la ley de uniones gay y en defensa de la libertad religiosa.
Sobre esta iniciativa del gobierno francés, la agencia Reuters señala que “Francia deportará a imanes extranjeros y radicales desbandados de grupos religiosos, incluyendo a los tradicionalistas católicos de línea dura, si una nueva política de seguridad revela que sufren de una ‘patología religiosa’ y pueden hacerse violentos”.
Valls dijo además que “los creacionistas en Estados Unidos y en el mundo islámico, los extremistas musulmanes y los católicos ultratradicionalistas y los judíos ultraortodoxos quieren vivir separadamente del mundo moderno”.
Con este Observatorio, el gobierno de Francia sería quien decida quiénes son los católicos “que se portan bien” cuando en el país se debate una ley para legalizar las uniones homosexuales que fue rechazada el pasado 17 de noviembre por una marea humana de un cuarto de millón de personas, aproximadamente, que salío a las calles de las principales ciudades del país.