Así podrían salir los jóvenes españoles del paro

Jóvenes: 52% en paro.
Jóvenes: 52% en paro.

ABC.7-01-13.-Ni estudian ni trabajan, pero porque no pueden. El desempleo juvenil persiste como uno de los principales problemas de nuestro país y de toda Europa, en especial entre aquellos que carecen de estudios. La tasa media del continente en desempleo juvenil se eleva al 25%, y la española, la más alta de toda la Unión junto con la griega, remonta hasta un espeluznante 52%. Esta lacra devora al año 153.000 millones de euros al año en toda la UE y frustra las expectativas de miles de millones de jóvenes.

La Comisión Europea ya ha dicho en repetidas ocasiones que esta situación es “intolerable”, presionando al Gobierno para que afronte de una vez por todas el problema. La ministra Fátima Báñez aseguró ayer en una entrevista concedida a ABC que 2013 podría traer consigo la esperada reforma del empleo juvenil en España.
Báñez celebraba la mejora de los datos del paro de diciembre, los mejores de toda la serie histórica en este mes. Hasta 29.738 jóvenes encontraron trabajo en este último mes, según el ministerio de Empleo, aproximadamente los mismos que el mes pasado. Síntoma de una tímida mejoría, pero que en este sector de población puede deberse simplemente al efecto coyuntural de la campaña navideña.
La ministra habló en concreto de llevar a cabo “una estrategia de emprendimiento y empleo joven, que sirva de instrumento para que las administraciones públicas y la iniciativa privada podamos abordar juntos la situación del desempleo juvenil en nuestro país, que hoy está en fase de diálogo con los interlocutores sociales, y que contará con recursos del Fondo Social Europeo”. Sin embargo, esta estrategia puede tomar muchas formas según el régimen legal que se le otorgue. Algunas no tan buenas como podría parecer. Estas son algunas de las soluciones que han surgido en el resto de Europa, y que nuestro país podría tomar como modelo.

El intento socialista
Altamente improbable ya que la reforma laboral del Partido Popular paralizó esta iniciativa del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en su momento, pero es importante contar con ella como precedente. La medida del presidente socialista pretendía prorrogar hasta el infinito el llamado contrato temporal, lo que abarcaría el llamado en prácticas o de formación para jovenes. El régimen del contratado en prácticas es el siguiente: se percibe como mínimo un 60% del salario de el trabajador base de la empresa durante un límite máximo de 2 años. Si la medida se hubiera llevado a término, la precariedad laboral carecería de límites de edad, y las posibilidades de asentarse de toda una generación serían muy escasas.

Todo se trata de tener garantías
Desde la Comisión Europea se aboga por instaurar la llamada “garantía juvenil”. Este modelo que ya se aplica en Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia y consiste en asegurar una coordinación de los servicios públicos de empleo junto con las universidades y las empresas privadas para garantizar que una persona joven no pueda pasar más de 4 meses sin que se le presente una oferta laboral o formativa de calidad.
La iniciativa se enmarca entre una de las cuatro medidas incluidas en el conjunto de propuestas sobre empleo que presentó el comisario europeo de Empleo, Laszlo Andor al Gobierno. También el Consejo de Juventud de España ha presentado al ministerio de Empleo esta misma iniciativa.
El proyecto se financiaría en gran medida por el Fondo Social Europeo, según aseguraba la Comisión, así que encajaría en buena parte en lo que comentaba la ministra Báñez para ABC hace pocos días.

El “minijob” joven
La propuesta favorita de Alemania para España, y una de las más precarias para el trabajador. La fórmula mágica que acabó con el paro en el país que dirige Angela Merkel consiste en dividir un empleo en pequeñas porciones del mismo. Eso supone tener jornadas laborales más cortas y sueldos irrisorios. Aunque podría ser una fórmula práctica para compaginar trabajo y estudios, el minijob ofrece salarios mínimos, de apenas 400 euros, con los que una persona joven no puede siquiera soñar con construir una vida. Sin embargo, el minijob cuenta con algunos adeptos y dado el poder que posee Alemania en la Unión Europea es razonable temer un minijob a la española. El vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, afrontaba la controvertida figura de los minijobs haciéndose la siguiente pregunta “¿Qué es mejor, tener un trabajo mediocre o no tenerlo?”.

Subvenciones a la francesa
El Gobierno de François Hollande presentó hace poco un plan de empleo subvencionado para los jóvenes de baja cualificación que proceden de los barrios marginales. La medida pretende en palabras del gobierno sociales francés ganar “la batalla del empleo” atacando al “corazón del desempleo juvenil”. El plan cuenta con la suma millonaria de 2.300 millones en subvenciones para las empresas a través de la firma de 150.000 “empleos de futuro” antes del año 2014, de los cuales 100.000 deberían firmarse ya en 2013. Los contratos se subvencionarán por el Gobierno francés durante los primeros 3 años, promoviendo la contratación indefinida y darán preferencia a los jóvenes sin formación y de procedencia marginal.
Aunque una reforma a la francesa es altamente improbable, ya que el Gobierno acabó este año con las bonificaciones a la contratación, sería seguramente una vía muy beneficiosa para los jóvenes menos formados y por lo tanto los menos empleables.

Un tímido comienzo
La iniciativa de la “garantía juvenil” iría en línea con el llamado contrato de formación profesional dual que puso en marcha el Gobierno en noviembre. Los ministerios de Educación y Empleo y Seguridad Social colaboraron por primera vez para elaborar conjuntamente un documento que permite cambiar la formación (…) para que esté más vinculada a la empresa.”, declaró Soraya Sáenz de Santamaría. El contrato de formación y aprendizaje que tendrá una duración mínima de un año y un máximo de tres y se formalizará por escrito. Los beneficiados no podrán cobrar menos del Salario Mínimo Interprofesional. La formación profesional dual ya es una realidad, aunque queda ver como se concreta.

Una generación perdida
“Nuestra generación va a empezar a cotizar a los 30 años, porque hasta entonces la mayoría somos becarios o trabajamos en negro”, recordaba en una entrevista concedida a ABC Javier Pueyo, vicepresidente del Consejo de Juventud.
Recordemos que otro de los principales problemas es que los jóvenes que sí tienen trabajo en nuestro país se enfrentan a un contrato temporal en el 65% de los casos.
“Lo relevante es ¿Cuándo vamos a iniciar nosotros una vida laboral estable?”, se pregunta.
Se tome la decisión que se tome, debe hacerse rápido si dentro de 20 años no queremos estar hablando de una generación perdida, sin pensión, sin futuro y sin trabajo.

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