Algunos dirigentes territoriales del PP siguen decididos a hacerle el trabajo de oposición al PSOE dentro de una estrategia dirigida, principalmente, a conseguir votos en sus respectivos feudos a costa de la nueva Ley del Aborto. Si esta estrategia es o no rentable se medirá en las próximas elecciones autonómicas, en las que ya están trabajando, aunque antes hay otros retos electorales, como las europeas de esta primavera, en las que el PP puede pagar caro el desgaste por la gestión de esta delicada reforma y por la imagen de fractura interna que están trasladando a la opinión pública. El último movimiento lo ha hecho el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, desautorizando indirectamente al propio presidente nacional de su partido, Mariano Rajoy. En el último Comité Ejecutivo el presidente reclamó a los suyos que apaguen el debate público sobre esta controvertida reforma, para gestionar las diferencias en el ámbito privado. A tal fin, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ofreció un marco de diálogo y dijo, en esa reunión a puerta cerrada, que las puertas de su despacho estaban abiertas para todo aquel que quisiera trasladarle sus puntos de vista.
Pero Monago ha ignorado ese llamamiento del presidente del Gobierno y bajo la presión de IU volvió ayer a lanzar un nuevo órdago contra el anteproyecto de Ley del Aborto al registrar en la Asamblea de Extremadura una propuesta en la que insta al Gobierno a «no avanzar» en su tramitación mientras no se abra un proceso de diálogo y se alcance un consenso. Golpe directo a la línea de flotación de un proyecto que fue bendecido por el presidente del Gobierno y que fue ratificado por el Consejo de Ministros.
El propio Rajoy ya ha dicho que aprovecharía el trámite parlamentario para buscar un consenso lo más amplio posible entre todos los grupos, y que no cerraba la puerta a modificaciones, «no sustanciales», según precisó Justicia.
La iniciativa parlamentaria de Monago responde a la alianza de PSOE e IU en la Asamblea extremeña para exigir la retirada de la reforma de la Ley del Aborto. El PP extremeño no se sumó a esas propuestas, pero sí les hace un guiño con otras palabras. En su iniciativa, el PP extremeño defiende un conjunto de lugares comunes: «una regulación de la interrupción voluntaria del embarazo que contemple la seguridad jurídica de las mujeres, la prevención contra los embarazos no deseados y la transmisión de valores de igualdad entre hombres y mujeres; además «de la combinación racional de los plazos con la regulación específica de determinados supuestos, tales como malformaciones, embarazos de menores de edad o violaciones», entre otros. Monago no es la única voz del PP que se ha levantado contra el anteproyecto remitido por el Gobierno a las Cortes. En la unidad del discurso tiene mucho que decir Rajoy, si bien la gestión del día a día está en manos de la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Pero cuando tras la citada Ejecutiva se le preguntó por la nueva ley, ella también se puso de perfil.