NURIA CHINCHILLA, profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones
¿Cómo evoluciona el liderazgo femenino en el siglo XXI? ¿Hemos avanzado las mujeres en los ámbitos empresariales, sociales y políticos desde las últimas décadas? ¿Hacia dónde? ¿Silenciosamente? ¿Hay una verdadera diferencia entre liderazgo masculino y femenino?
A diferencia de la opinión de muchas personas, la mía es que la evolución del liderazgo femenino, es eso, una evolución, no una revolución como muchos argumentan y desean. Es una evolución que se está haciendo al ritmo natural, no forzándolo de modo artificial que se transforme en un boomerang contra nadie.
Hace unas cuantas décadas que la mujer se ha incorporado masivamente al mercado laboral y hemos empezado a abril el “ojo femenino”. Durante muchos años el ojo masculino era el que llevaba las riendas empresariales, pero ya se ha visto que era insuficiente, porque para tener una visión completa de la realidad necesitamos tener los dos ojos abiertos. La mujer ha sido siempre líder en la familia, pero también en el hogar necesitamos un liderazgo bicéfalo y complementario.
Las diferencias biológicas tienen su efecto en la psicología y en el modo de ver, entender y actuar sobre la realidad. La feminidad (cromosoma XX) está en todas nuestras células. Por eso muchas tenemos un estilo distinto y sinérgico al de los hombres. Si lo ponemos a trabajar en igualdad de oportunidades junto a la masculinidad (cromosoma XY) que está en ellos, podemos crear un mundo mucho más humano, eficiente y sostenible.
Es importante enseñar a mujeres y hombres a conocer su diversidad genética desde la neurociencia, para sobre ella construir valores como la corresponsabilidad y la igualdad de oportunidades. Tanto hombres como mujeres podemos compartir tareas, pero también la empresa puede darnos flexibilidad. Diversos estudios ratifican que la flexibilidad bien dirigida aumenta la productividad.
¿Por qué no llegan las mujeres a los Consejos de Administración con la celeridad que nos gustaría? Porque estamos evolucionando y no revolucionando. Hemos pasado del 2% de mujeres en los Consejos de Administración de las empresas del IBEX en el año 2002, al 14% en el 2013. Ello significa un crecimiento del 700% en 11 años. Si bien sólo un 3% de empresas tiene un tercio de mujeres en su comité directivo y aquí está el verdadero avance necesario…
La tendencia afirma que la mujer ha ido ganando una mayor presencia en la alta dirección de la empresa, aunque todavía son escasas las que forman parte de un consejo de administración u otros órganos de gobierno. Su presencia en el gobierno de una empresa supone siempre un enriquecimiento para la organización, además de aportar mejoras en la eficiencia. El enfocado del IESE “Mujeres en Consejos de Administración” que tendrá lugar el próximo mes de enero, proporciona el marco conceptual, el enfoque específico y las herramientas necesarias para ejercer el cargo de Consejera en un consejo de administración del modo más eficaz y eficiente desde la diversidad.
¿Es una revolución silenciosa?, ¿qué opináis?