Fuente: Instituto Europeo de Bioética
En su informe publicado el pasado mes de julio, la Comisión de Justicia del Parlamento irlandés (elOireachtas)expresó su negativa a examinar el proyecto de ley para despenalizar la eutanasia(muerte asistida), insistiendoen la falta de “barreras legales suficientes” en este ámbito.
Introducido en septiembre de 2020 y titulado Proyecto de Ley de Morir con Dignidad,el texto tiene como objetivo permitir bajo condiciones la prescripción de sustancias letales que el paciente luego se inyectaría a sí mismo (si es necesario, con la ayuda de un cuidador) para poner fin a su vida. En esto, la propuesta se refiere más bien a la idea del suicidio asistido,incluso si, fundamentalmente, está claramente cerca de la idea de la eutanasia..
Este fracaso de la propuesta se produce en un momento en que una primera propuesta,con términos en gran medida idénticos, ya había sido rechazada en 2015 por el Parlamento irlandés. En 2018,la misma comisión parlamentaria también había concluido que no había necesidad de tal despenalización de la eutanasia.
En su informe de julio de 2021,la comisión parlamentaria se basa en las numerosas contribuciones recibidas durante la consulta pública llevada a cabo en los últimos meses, que son en gran medida desfavorables al proyecto de ley. Varios expertos extranjeros (incluso de países donde la eutanasia está despenalizada), como la organización End of Life Care Europe,también han podido advertir de los peligros de dicho texto.
El informe destaca en particular el temor expresado por muchas partes interesadas (ciudadanos o médicos) de que la implementación de la ley “conduzca a un abuso de la debilidad de las personas enfermas y vulnerables,que podrían considerarse una carga para sus familias y sentirse presionadas a elegir la asistencia para morir”. Además, señala el comité, “los propios ancianos expresan su consternación,considerando que el voto de tal ley devolvería la idea de que sus propias vidas tienen poco valor a los ojos de la sociedad”.
Por último, la comisión parlamentaria recomienda que se establezca una comisión parlamentaria especial para examinar en profundidad la idea de la “asistencia médica para morir”.
A pesar de esta recomendación, parece que el futuro de la propuesta en cuestión es en gran medida incierto a corto plazo.
De hecho, además de las preocupaciones expresadas en el contexto de la consulta pública, existe la renuencia de los expertos en medicina paliativa,así como las preocupaciones de los defensores de los derechos de las personas con discapacidad y la Comisión Irlandesa de Derechos Fundamentales e Igualdad. Una petición que reunió a más de 2500 cuidadores también insistió, hace varios meses, en los peligros de la propuesta.