Junio de 2019. Cinco años desde la coronación en las Cortes de Felipe VI. La Monarquía se mantiene, no sin esfuerzo. Al principio los republicanos se manifestaron continuamente a favor de un referéndum sobre la forma de Estado. Los partidos políticos de base constitucional sufrieron un desgaste electoral por la crisis económica.
No hay consulta soberanista y las posteriores elecciones catalanas “plebiscitarias” dan un Parlament fragmentado, con casi mayoría independentista, pero muy divididos. UDC, capitaneada por Duran y Lleida, apoyado por la burguesía catalana, se convierte en llave de gobernabilidad. Con largas negociaciones se forma un Govern de transición que acuerda un régimen económico y político especial para Cataluña dentro de la Constitución. Mientras tanto, el BCE, los planes del Gobierno y la banca privada eliminan una restricción al crecimiento: la falta de créditos; 100.000 millones de euros disponibles entre 2015 y 2016. El PIB crece. El desempleo baja al 18 por ciento en los dos primeros años y el 12 por ciento en 2019. Las próximas elecciones autonómicas, locales, generales y europeas serán distintas a las de 2014/2015. Felipe VI sigue vendiendo España en el extranjero y su prestigio sube
¿Creíble ? A que todos, incluso los republicanos sensatos, lo firmarían. Nada está escrito, todo depende de los españoles, catalanes incluidos.
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