En su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Francisco denuncia “la escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres” y subraya que “internet puede ofrecer mayores posibilidades de solidaridad”
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El Papa Francisco ha hablado con motivo de la 48º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebra el domingo 1 de junio: “los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos”.
El Papa analizó este jueves, 23 de enero, un fenómeno de nuestra sociedad actual al encontrarnos en “un mundo que se va haciendo cada vez más «pequeño»; por lo tanto, parece que debería ser más fácil estar cerca los unos de los otros”. Por este motivo, Francisco señaló que, a pesar de que el desarrollo de los transportes y de las tecnologías de la comunicación nos acerque, siguen quedando divisiones, a veces muy marcadas. A nivel global, critica, “vemos la escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres”.
“Comunicar bien nos ayuda a conocernos mejor entre nosotros, a estar más unidos”, pero “los muros que nos dividen solamente se pueden superar si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros”, explicó su Santidad, según informa Zenit.
Excesiva velocidad
Por otro lado, existe un aspecto negativo de las comunicaciones. Según Francisco, “la velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo”. Del mismo modo, “la variedad de las opiniones expresadas puede ser percibida como una riqueza, pero también es posible encerrarse en una esfera hecha de informaciones que sólo correspondan a nuestras expectativas e ideas, o incluso a determinados intereses políticos y económicos”, dijo el Papa.
Conquista más humana que tecnológica
Los límites que expone el Pontífice son reales pero “no justifican un rechazo de los medios de comunicación social”, sino que nos deben recordar que la comunicación es una “conquista más humana que tecnológica”.
Por eso, el Papa propuso “recuperar un cierto sentido de lentitud y de calma” porque, según su opinión, necesitamos la paciencia si queremos entender al que es diferente a nosotros: “la persona se expresa con plenitud no cuando se ve simplemente tolerada, sino cuando percibe que es verdaderamente acogida”.
¿Cómo se puede poner la comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro?, se preguntó Francisco. Para ello, recurrió a la parábola de buen samaritano que es el que “no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro”. Comunicar significa tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios, explica el Pontífice. Esto es lo que él define como «proximidad». En este sentido, el Papa advirtió del riesgo que hoy tenemos de que algunos medios “nos condicionen hasta el punto de hacernos ignorar a nuestro prójimo real”.
“Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta como la que sufrió el hombre apaleado por los bandidos y abandonado al borde del camino, como leemos en la parábola. El levita y el sacerdote no ven en él a su prójimo, sino a un extraño de quien es mejor alejarse. En aquel tiempo, lo que les condicionaba eran las leyes de la purificación ritual. Hoy corremos el riesgo de que algunos medios nos condicionen hasta el punto de hacernos ignorar a nuestro prójimo real”, advirtió el Papa.
Preocupación por la humanidad
Su Santidad dijo que no basta con, “pasar por las ‘calles’ digitales, es decir simplemente estar conectados: es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura. Las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación. El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno de la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura”.
Además, Francisco abordó también el tema de la neutralidad de los medios de comunicación, que es “aparente”, y observó:: “sólo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia. El compromiso personal es la raíz misma de la fiabilidad de un comunicador”.
El Papa repitió su idea de que “entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autoreferencialidad, prefiero sin duda la primera”. “Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar hasta los confines de la tierra”, agregó el Santo Padre.
Donación al prójimo
“No se ofrece un testimonio cristiano bombardeando mensajes religiosos, sino con la voluntad de donarse a los demás”, cree el Papa. Tal y como indicó Benedicto XVI en el mensaje para esta Jornada del año pasado sólo se puede lograr este objetivo “a través de la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana”.
Pensando en el episodio de los discípulos de Emaús, Francisco dijo que “es necesario saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas y poder ofrecerles el Evangelio, es decir Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado para liberarnos del pecado y de la muerte”. Este desafío requiere “profundidad, atención a la vida, sensibilidad espiritual”.
El Pontífice expresó su deseo de que “nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino”. “El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos”, recuerda Francisco. “La revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energía renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios”, matizó el Papa.
“El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos. En este contexto, la revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios”, concluyó Francisco.
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