El economista.14/11/2013.-Parece que Andalucía y Cataluña quieren crear bancos públicos. El primero para financiar las pymes andaluzas, el segundo como germen de un futuro Banco Central catalán. Andalucía para financiar su maltrecha economía con un 37% de desempleo. Cataluña para ir construyendo estructuras de Estado cara a la independencia.
Parece mentira que después de la experiencia de la cajas de ahorros alguien vuelva a pensar en poner políticos al frente de instituciones financieras. Un banquero no puede actuar con criterios políticos, sino técnicos. Ha bastado cambiar los gestores de Bankia para que vuelva la confianza. Hay líneas de crédito del ICO con un 40% de morosidad.
A eso conduce la utilización del dinero público en la gestión de préstamos ¿Por qué volver a los mismos errores? Es posible que detrás de las buenas intenciones andaluzas haya objetivos ocultos. El antiguo PER sirvió para crear una red de voto cautivo en manos de los alcaldes rurales del sur. No es raro que las grandes ciudades, donde el PER no funciona, los alcaldes sean del PP, mientras que en las medianas y pequeñas el caciquismo mantenga regidores del mismo color que el Gobierno de la Junta (PSOE/IU) ¿No querrán establecer un nuevo mecanismo de favores debidos a través de la concesión de créditos a pequeños y medianos empresarios?
Por otra parte la Generalidad catalana sabe que tiene cerradas las líneas de crédito internacionales. Su única fuente de liquidez es el FLA del Estado, que le está salvando de su desastrosa gestión. ¿No querrá Mas crear un sistema para drenar más los ahorros de sus ciudadanos en favor de sus ambiciones políticas? No puedo asegurar que ambos Gobiernos tengan esas ocultas intenciones. Pero vista la historia, cuando en los Consejos de las cajas entraron los políticos, es probable que esas nuevas entidades acaben como ellas. Sino al tiempo.
J. R. Pin Arboledas, profesor de IESE