Quimeras humano-animales para su uso en la medicina regenerativa

Observatorio de Bioética. ICV.Las quimeras humano-animales para uso en medicina regenerativa están siendo motivo de debates éticos.

La producción de quimeras humano-animales, es decir, organismos animales con tejidos u órganos humanos, está actualmente en el punto de mira de los debates éticos en el campo de la medicina regenerativa. El proceso consiste en introducir células madre humanas en embriones tempranos animales, de manera que el individuo animal que se desarrolle forme en su interior tejidos y órganos humanos.

Esta técnica, que permitiría obtener órganos para trasplante y realizar estudios sobre enfermedades humanas, plantea, no obstante, importantes cuestiones éticas que deben ser resueltas.

Principalmente, preocupa el hecho de que al combinarse las células humanas con los embriones animales se pudiera dar lugar, en la descendencia animal a células cerebrales o germinales humanas, tipos celulares fuertemente asociados con la identidad humana.

Debido a estas dificultades éticas, el 23 de septiembre de este año, el NIH (National Institutes of Health) de Estados Unidos comunicó que, por el momento, no financiaría este tipo de investigaciones.

No obstante, esto no significa que haya una regulación prohibitiva de estas técnicas. De hecho, recientemente se ha publicado en Nature un estudio, llevado a cabo por investigadores del Salk Institute for Biological Studies en La Jolla, California, cuyos hallazgos podrían suponer un avance muy importante en este campo; pero esta metodología experimental, además de las barreras éticas mencionadas, presenta todavía considerables barreras técnicas.

El equipo, liderado por Juan Carlos Izpisúa Belmonte, ha descubierto un nuevo tipo de células madre embrionarias, las rsPSCs (region-selective pluripotent stem cells), que tienen unas características moleculares y funcionales que les da una habilidad única para generar embriones quiméricos entre especies.

Las rsPSCs son más fáciles de cultivar en el laboratorio que las células madre pluripotentes humanas convencionales y ofrecen ventajas para la producción celular a gran escala y para la edición genómica (alterar el ADN celular), ambas cosas útiles para las terapias de reemplazo celular.

En el artículo que se comenta, los científicos reportan el uso de estas nuevas células para desarrollar el primer método fiable para la integración de las células madre humanas en embriones de ratón, de tal manera que las células humanas comenzaron a diferenciarse en tejidos. Los investigadores detuvieron el desarrollo en un momento dado, pero los embriones eran teóricamente capaces de dar lugar a tejidos y órganos específicos.

VALORACIÓN ÉTICA

Utilizando esta técnica, la obtención de órganos humanos en animales podría ser una aplicación real, en un futuro en la medicina regenerativa. Por ello, es fundamental identificar los problemas éticos que esto plantea.

En primer lugar, las células madre humanas empleadas no deberían ser embrionarias, pues para ello es necesaria la destrucción de embriones. Para que estas aplicaciones puedan llevarse a cabo de forma éticamente aceptable es necesario que las células madre empleadas sean adultas. Si técnicamente esto no se consiguiera y fueran necesarias las células madre embrionarias, entonces habría que recurrir a otros métodos, como el trasplante de órganos animales modificados genéticamente, para evitar el rechazo inmune, técnica que también se está investigando.

En segundo lugar, los problemas de seguridad deben ser evaluados cuidadosamente, evitando todos los posibles riesgos. En principio, se utilizarían embriones de cerdos para implantar las células madre humanas, puesto que es el animal ideal para obtener órganos del tamaño necesario para ser trasplantados a humanos. Las preocupaciones de seguridad incluyen la posibilidad de que los agentes patógenos que se encuentran sólo en los cerdos puedan mutar y transferirse a la especie humana.

Por último, esta aplicación debería limitarse a ciertos órganos, excluyendo otros. La existencia de criaturas en parte animales y en parte humanas podría, si no se limita hasta qué punto se puede desarrollar la parte humana, conducir a una confusión moral en el uso de las quimeras. Así, por ejemplo, no parece que obtener riñones humanos en cerdos plantee problemas éticos relacionados con la identidad y dignidad humanas. Sin embargo, desarrollar estructuras cerebrales u órganos reproductivos en los animales, es considerablemente más controvertido. Algunos científicos y bioéticos temen que a partir de las células madre se podrían crear igualmente óvulos y esperma humanos en los animales. “Si se dispusiera de un ratón macho que produce esperma humano, esto podría ser preocupante, sobre todo si hay cerca un ratón hembra que produce óvulos humanos. Es desconcertante pensar en dos ratones produciendo un embrión humano”, dice Hank Greely, un bioético de la Universidad de Stanford. Frente a estas preocupaciones, numerosos científicos argumentan que pueden implantarse medidas legales que eviten estos escenarios. Por ejemplo, se pueden modificar genéticamente las células para que no puedan formar cerebro humano, esperma u óvulos, o los animales producidos pueden ser aislados o esterilizados para evitar que se reproduzcan.

Por todo ello, parece necesaria una regulación legal de este tipo de experiencias para tratar de solventar los problemas éticos que se están comentando.

Lucia Gómez Tatay

Observatorio de Bioética

Universidad Católica de Valencia

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