Muchos conceptos, ¿no? ¿Qué relación hay entre ellos? Voy a contar el lector una experiencia de hace unos días. Para empezar, hablaré del arte. ¿Qué nos dice el arte moderno? Leo una carta al editor del Financial Times, publicada el 11 de octubre con el título “En el arte de nuestro tiempo, nos miramos a nosotros mismos” (aquí, en inglés, para suscriptores). m“El arte religioso nos proporciona una imagen democrática de nuestra ansiedad sobre la mortalidad; el impresionismo, el arte más popular, nos reafirma en la celebración de la naturaleza y del mundo en el que vivimos y del que dependemos; el modernismo es un nervioso poner en cuestión la sociedad. El arte contemporáneo del tipo que llena nuestros museos me parece que expresa una última jugada,, un último ‘farol’, un lanzar el guante al fallo de algo, un vacío: ¿un deseo de muerte?”. No es muy optimista, ¿verdad?
Liderazgo. Hace unos días una colega del IESE, la profesora Nuria Chinchilla, me comentó que iba a recomendar a sus alumnos del curso de liderazgo del Executive MBA que visitasen, si no lo habían hecho ya, la exposición que se montó hace unos días en un amplio hall sobre el que fue Gran Canciller de la Universidad de Navarra, Álvaro del Portillo, recientemente beatificado. Estuve de acuerdo con ella: fue un auténtico líder: humilde, pacífico, eficaz,… ¿Cuál fue su secreto?
El sábado día 11 fui al IESE y pasé al lado de la mencionada exposición, que ya había visitado. Me acordé de la recomendación de la profesora Chinchilla, y no le di más vueltas. Pero, al pasar, vi en un video la imagen de la Madre Teresa de Calcuta rezando. No me paré, pero me dije a mí mismo: ¡claro! La oración es la clave del liderazgo de esa santa mujer, y del nuevo beato. Rezar es hablar con Dios. ¿De qué? De nosotros pero, sobre todo, de los demás. Hablar con Dios es encontrarme con los demás, todos esos a los que Dios amó, ama y amará. El líder es alguien que piensa en los demás, que habla con Dios de los demás, de sus necesidades, de sus ilusiones, de sus problemas…. Su liderazgo es servicio a los demás.
Y entonces abrí el Financial Times y me encontré con la carta sobre el arte. El arte moderno es una reflejo de nuestra sociedad, individualista, egoísta, cerrada en sí misma… pesimista, sin ilusión, sin futuro… Ahí no hay, no puede haber, líderes. O mejor, los líderes son los que saben salirse de ese ambiente para pensar en los demás.