Es frecuente oír a gente joven la expresión “yo hago lo que me da la gana, que para eso soy libre“. Y aunque la gente más adulta no lo expresan de esta manera, muchos actúan según esa convicción. Pero esto es una tontería, ser libre no consiste en hacer lo que a uno le da la gana.
Efectivamente, siempre podemos escoger la alternativa que queramos, entre las que tenemos disponibles, pero una vez escogida, las consecuencias vienen dadas con nuestra elección. No las podemos escoger nosotros. Yo he vivido muchos años en un piso 14 y cada mañana podía escoger si salir de casa por el ascensor o por la ventana. Pero una vez elegido el modo de salir, las consecuencias estaban fuera de mi control.
Decidir bien consiste en sabiendo qué es lo que queremos conseguir, escoger la acción que nos lleva a conseguirlo. Si yo quiero ser ingeniero la cuestión es qué cosas tengo que hacer para llegar a ser ingeniero. Si en aras a mi libertad hago lo que me da la gana en cada momento, entonces difícilmente llegaré a ser ingeniero.
Decía que decidir bien consiste en sabiendo qué es lo que queremos conseguir, escoger la acción que nos lleva a conseguirlo. Pero hay un problema. A veces no sabemos qué es lo que queremos. Pensamos que queremos una cosa y al cabo del tiempo, quizá años, nos damos cuenta que realmente no queríamos eso. Uno puede estar muy centrado en su trabajo profesional descuidando sus obligaciones familiares y descubrir al cabo de unos años que profesionalmente ha llegado a donde ha llegado y que también su cónyuge le ha dejado. Uno se da cuenta que no era eso lo que quería, pero ya es tarde.
Ser libre significa que uno puede escoger lo que quiera entre las alternativas disponibles, pero no significa que haya escogido bien por mucho que haya escogido eso apelando a su libertad. Ejercer la libertad entraña una gran responsabilidad. Una vez me preguntarom Miguel Angel, ¿qué es para ti educar? y después de pensarlo respondí educar es enseñar a ejercer la libertad.
Ejercer bien la libertad requiere conocer la verdad. Ejercerla mal es muy fácil. Si uno no conoce la verdad de las cosas, difícilmente uno puede escoger lo que es bueno. Preguntado Juan Pablo II si tuviera que quedarse con una frase del evangelio ¿con cuál se quedaría? Contestó sin vacilar “la verdad os hará libres” de San Juan.