Fuente: Gènétique
La Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y Adolescente (CESPAP[1]) ha publicado una declaración sobre la disforia de género en niños y adolescentes. Pide a los profesionales de la salud que “no promuevan tratamientos experimentales e innecesariamente invasivos con efectos psicosociales no probados y, por lo tanto, que se adhieran al principio de ‘primum-non-nocere’[2]” (cf. Disforia de género: “primum non nocere”).
Pocos argumentos a favor de la transición médica
En su declaración, la CESPAP recuerda “la baja fiabilidad e inestabilidad de un diagnóstico de disforia de género en un niño a lo largo del tiempo“, como se señala en un estudio reciente (ver Bloqueadores de la pubertad: datos “insuficientes”). También destaca los efectos potenciales de estos tratamientos en el desarrollo psicosocial del niño.
La Sociedad no rechaza la posibilidad de que algunos niños se sometan a una transición médica. Sin embargo, señala la actual falta de “investigación de calidad” para determinar el balance beneficio-riesgo. Los resultados de esta investigación deben publicarse “únicamente sobre la base de criterios de calidad y no sobre la base de sus resultados“, insiste la CESPAP.
Aplicación de los principios éticos fundamentales
Para el manejo de pacientes jóvenes, las “prácticas experimentales” deben distinguirse de los “tratamientos médicos establecidos“.
La Asociación Europea de Psiquiatría aboga por la aplicación de todos los principios éticos fundamentales en este contexto: el principio de no maleficencia[3], beneficencia[4], autonomía[5] y justicia[6].
Los psiquiatras enfatizan el papel de los padres y, en nombre del principio de beneficencia, la importancia de considerar también la ausencia de intervención médica. Es fundamental realizar un “diagnóstico completo“, no basado únicamente en la “autoevaluación” del joven, y dirigido a atender otros posibles trastornos psiquiátricos, subrayan (cf. Autismo y género: advierten asociaciones y profesionales).
En este contexto, la Sociedad pide que se preste “atención explícita” a quienes buscan poner fin a la transición o que se arrepienten, con el fin de “considerar, respetar y comprender sus experiencias, y proporcionarles la atención y el apoyo adecuados“. Elementos que deben integrarse en la práctica clínica.
Preservar el debate
« Se necesitan urgentemente estudios de seguimiento a largo plazo para comprender mejor el curso natural de la disforia de género en ausencia de tratamiento médico y las consecuencias de la transición médica, subraya la CESPAP. Debe establecerse y promoverse a nivel europeo un marco de investigación clínica en el que participen los pacientes y el público para facilitar la investigación pertinente. »
Por último, la Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y Adolescente reafirma la necesidad de un debate abierto. “El respeto de todo tipo de puntos de vista y actitudes diferentes es una parte esencial del debate profesional abierto que queremos estimular“, concluye la CESPAP.
[1] Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y Adolescente
[2] Primero, no hacer daño
[3] “no utilizar intervenciones experimentales fuera de la comunidad investigadora con efectos potencialmente irreversibles, o con consecuencias desconocidas a largo plazo; no adoptar nuevas prácticas prematuramente sin pruebas suficientes; no seguir prácticas obsoletas que pueden no ser lo mejor para el paciente; »
[4] “Adoptar intervenciones médicas con una relación beneficio/riesgo favorable; considerar la relación beneficio/riesgo de no someterse a intervenciones médicas; garantizar un diagnóstico y tratamiento adecuados de los trastornos psiquiátricos coexistentes; Garantizar una evaluación diagnóstica integral de la disforia de género en lugar de basarse únicamente en la autoevaluación de los niños y adolescentes. »
[5] “involucrar a los menores en los procesos de toma de decisiones sobre su cuidado de manera adecuada a su edad y desarrollo, evaluando su capacidad de consentimiento; adoptar un proceso adecuado de consentimiento informado para las decisiones que pueden ser irreversibles de por vida, asegurando que los niños, niñas y adolescentes comprendan plenamente los riesgos potenciales, los beneficios y la naturaleza irreversible de los tratamientos; considerar los derechos de sus padres y tutores a dar su consentimiento a cualquier intervención importante o a la participación de sus hijos en la investigación de tratamientos experimentales; considerar los derechos de sus padres y tutores a estar plenamente informados sobre el cuidado de sus hijos; proporcionar el apoyo y los recursos adecuados a quienes decidan abandonar la transición y respetar su decisión de hacerlo; »
[6] “Garantizar el acceso a información fiable y actualizada, la evaluación y el tratamiento de la disforia de género, así como durante la transición o la destransición; adoptar medidas cautelares iguales para todos; y proteger los derechos de los niños y los jóvenes como grupo en una fase de desarrollo particularmente vulnerable »