Todos
los años se cambia la hora dos veces al año. Esto es así y lleva siéndolo desde
hace muchísimos años. Es cierto que nos lo esperamos, sin embargo, cuando llega
el día a todos nos cuesta un
poco adaptarnos. Las horas de
luz solar cambian y hacen que nuestros hábitos se modifiquen, pero, por suerte,
nuestro cuerpo es sabio y en varios días ya estamos acostumbrados.
Sin
embargo, para los niños este
cambio es un poco más traumático. Se
rigen por rutinas y no saben preparar el cuerpo para tener sueño a una
determinada hora, por ejemplo. Por eso, los padres debemos prevenir con tiempo
el cambio de hora para ayudarles a adaptarse al nuevo horario. ¿Cuánto tiempo
tardan en acostumbrarse? ¿Les influye negativamente? ¿Cómo les ayudamos a adaptarse? En este reportaje, te lo contamos.
Cómo afecta el cambio de hora
‘Mamá, ya
no tengo sueño’ o ‘papá tengo hambre’ suelen ser las frases de los niños cuando
cambia el horario. Elcambio de hora afecta mucho a niños y personas mayores, ya que tienen una capacidad menor de
adaptación. El retraso o adelantamiento de la hora supone un cambio fundamental
en la luz del día que les provoca fatiga, cansancio, cambios de humor e
incluso falta de concentración.
Cada niño
es un mundo. Algunos se adaptan con facilidad a este cambio pero a otros les
cuesta mucho más. A pesar de todo, el
cambio de horario es necesario, ya
que los últimos días de octubre los peques se levantan aún de noche y esto les
provoca un gran rechazo a ir al colegio. Por otro lado, la intensa luz del
verano puede perjudicarles el sueño, por lo que se hace necesario retrasar la
hora en ese momento. Debemos pensar en losaspectos positivos del cambio de
hora y compartirlos con el
niño, para que vaya entendiendo, poco a poco, a qué se debe este cambio.
Cómo podemos preparar a los niños
Para
evitar que los niños tengan trastornos con el cambio de horario, debemos prepararles de forma
gradual. Lo bueno del cambio
de horario es que siempre se produce en fin de semana, por lo que podemos
aprovechar el viernes e incluso el jueves para acostarle un poquito más tarde y
darle de comer media hora después de su horario habitual. No necesitan un
exceso de tiempo de preparación, un par de días antes bastará.
En los
días siguiente, debemos observar que el niño se ha adaptado bien al cambio.
Además, para que entienda por qué ahora cenamos antes o después o por qué se
tiene que levantar más tarde, es
importante que realicemos todas nuestras rutinas de cambio con él. Por ejemplo, nos pueden ayudar a
cambiar la hora de los relojes que tengamos por casa. Si además les enseñamos
los cambios en la luz solar los niños acogerán el cambio positivamente e
incluso con curiosidad. No obstante, el cuerpo, poco a poco, se acostumbra.
Cuál es el efecto en los adultos
Pese a que
creamos que estamos totalmente acostumbrados al cambio de hora, no llegaremos a
conseguirlo del todo. El horario de invierno provoca que los días sean más
cortos y las noches más largas, lo que afecta a nuestra personalidad. Sufrimos
una especie de ‘tristeza
invernal’ o melancolía, que puede llegar a afectar a 7 de cada 10 personas.