Abriendo un huevo sorpresa KinderLos unboxing vídeos son una forma de entretenimiento infantil que se ha puesto de moda, sobre todo, en Estados Unidos. Estos vídeos los podemos encontrar en Internet, hay muchos y su formato es siempre el mismo: unas manos que van abriendo cápsulas, como esas que contienen los huevos de chocolate, y muestran al curioso espectador los regalitos que van saliendo. Parece que la nueva moda ha enganchado a los más pequeños, no en vano algunos de estos vídeos han sido visualizados más de ciento sesenta millones de veces.
A los niños les gusta abrir regalos, pero también les gusta verlos abrir a los demás, en cierto modo, es como si lo hicieran ellos mismos. Basta con observarlos en una fiesta de cumpleaños: allí no sólo disfruta quien recibe los regalos, sino también todos los que, expectantes, observan cómo los abre. Abrir un regalo tiene algo de magia, pues sacamos de la chistera (de la caja o del envoltorio) un objeto que no existía para nosotros. A los niños les encantan las sorpresas, pero también las sorpresas que provocan las sorpresas, por eso, millones de ellos ven este tipo de vídeos.
La sorpresa es la reacción provocada por una cosa imprevista, es una emoción ambigua, porque puede ser tanto positiva como negativa. Un regalo, por lo general, provoca una sorpresa positiva, por lo que, al visualizar un vídeo en el que se abren cápsulas que contienen juguetes o muñecos minúsculos, estamos asegurando una emoción positiva. Lo que ocurre es que, las emociones hemos de controlarlas, porque, por su propia naturaleza, pueden llevar a un niño a la saturación.
Por otro lado, este tipo de vídeos presentan su carga negativa si dejamos a nuestros hijos que los vean solos y sin control, si no ponemos un tiempo límite (para que no provoque adicción y necesidad de comprar), o si no los combinamos con otras actividades diferentes: juegos, deporte, salidas, amigos…
Hemos de tener en cuenta que estos “vídeos unboxing” están grabados de tal manera que el espectador, el niño, se siente asociado con las imágenes, es decir, no ve la cara de quien desenvuelve los regalos, como si fuera él mismo quien lo hace. Esta fórmula no fomenta la empatía porque el beneficiario es el propio espectador, aunque lo es de una manera virtual. Además, no enseña a jugar, sino que se limita a fomentar el deseo de acumular regalos sin más.
Como muchas otras cosas que podemos encontrar en Internet, la clave está en el uso que se haga. Estarse siete, quince o hasta más de cuarenta minutos viendo abrir regalitos en una pantalla de ordenador, en un móvil o en una Tablet no parece la mejor forma que tiene un niño de pocos años de pasar su tiempo; sin embargo, si lo hace, si se lo permitimos, hemos de aprovechar ese centro de interés para educar. ¿Cómo? Por supuesto, en primer lugar, viendo el vídeo con nuestro hijo, y en segundo lugar, preocupándonos por extraer lo positivo que pueda contener esa actividad para:
Potenciar el vocabulario: podemos jugar a nombrar lo que va apareciendo, a describir los juguetes, a decir para qué sirven, etc.
Reforzar la memoria: las visualizaciones posteriores las podemos dedicar a jugar a acertar lo que va a salir.
Fomentar la expresividad artística: si le pedimos que haga un dibujo del objeto que más le ha gustado o que lo moldee con plastilina.
Desarrollar la atención visual y la concentración: haciéndole preguntas sobre algún detalle, por ejemplo.
Los “unboxing vídeos” son una novedad, y como tal, un reto educativo. ¿Qué pensáis vosotros?