Sobre la reducción del Impuesto de Sociedades, la realidad es que ahora las grandes empresas están pagando mucho menos de lo que oficialmente es el impuesto tipo del 30%, porque utilizan las exenciones fiscales y los beneficios fiscales y pagan, en realidad, entre el 11 y el 15%. Este descenso lo que va a provocar es que el tratamiento en cuanto a este impuesto entre pequeñas y medianas y las grandes empresas se vería igualado.
Con dicha reducción el Estado no verá mermadas sus cuentas ya que recaudará lo mismo o más. Actualmente, el impuesto está en el 30% y los expertos indican que la media europea está en el 20%. Así que, previsiblemente, el Gobierno se inclinará por esa cifra.
En cuanto a la reducción de los tramos del IRPF de siete a cinco, significa que se simplifica la declaración de la renta. Es verdad que al reducir esos tramos cada uno es más amplio, así que los tipos bajos ocuparán un rango con mucha más gente. Pagaremos menos y, sobre todo, nos retendrán menos en las nóminas. Como consecuencia de esto habrá dinero en manos del público que, o bien lo consumirá y se crearán puestos de trabajo, o bien lo ahorra, que servirá para financiar inversiones.
De manera que bajar esos impuestos puede ayudar a un incremento de la recaudación, porque es verdad que bajará el tipo, pero habrá más PIB, más rentas.
Por último, creo que puede haber una regularización de algunos IVA, aunque en ningún caso una bajada, porque la Unión Europea no se lo va a permitir ya que quiere que se cumpla el déficit acordado hasta 2016.