Un nuevo estudio americano publicado esta semana ha demostrado que la píldora postcoidal disponible sin receta lleva a un aumento en las tasas de infecciones de transmisión sexual y no disminuye las tasas de embarazo o aborto.
Recientemente, la FDA aprobó el acceso a la píldora postcoital, o Plan B, por las farmacias estadounidenses sin receta médica. Aunque ahora se está produciendo la reforma a nivel nacional, varios Estados previamente habían permitido el acceso farmacéutico a la píldora postcoidal. En particular, el Estado de Washington fue el primer estado en implementar dicho programa en 1998.
En el nuevo estudio, Christine Durrance, Profesor Adjunto de Políticas Públicas de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, utillizó datos a nivel de condado así como las fechas exactas de los reformas en el acceso farmacéutico para considerar las consecuencias previstas y no previstas del acceso a la píldora del día después en Washington.
Los resultados indicaban que mientras el acceso a nivel de condado a la anticoncepción de emergencia no estaba relacionado con la tendencia existente en ets y abortos antes de la reforma en el acceso, posteriormente, esta reforma ha causado un incremento significativo en las tasas de enfermedades de transmisión sexual (específicamente gonorrea), en general y en las mujeres, y descensos significativos en las tasas de aborto en algunas edades. Estos resultados fueron resistentes en varias pruebas de especificación y refutación.
Los resultados son casi idénticos a los de un estudio británico publicado en la revista Journal of Health Economics (texto completo) en diciembre de 2010 y publicado en el Daily Telegraph en enero de 2011.
Esta investigación, de los profesores Sourafel Girma y David Paton de la Universidad de Nottingham, comparaba áreas de Inglaterra donde se introdujo el programa, con otras que se negaron a proporcionar la píldora del día después de forma libre en las farmacias.
Los profesores descubrieron que las tasas de embarazo entre las jóvenes menores de 16 años siguen siendo las mismas, pero que los niveles de infecciones de transmisión sexual aumentaron en un 12%.
De hecho, en un análisis sistemático publicado en 2007, veintitrés estudios publicados entre 1998 y 2006, y analizados por el equipo de James Trussell en la Universidad de Princeton, medían el efecto de un mayor acceso en la CE en el uso de la pdd, en el embarazo no deseado y el aborto. Ni un solo estudio entre los 23 encontró una reducción de los embarazos no deseados o abortos tras un mayor acceso a la pdd.
El fenómeno por el cual la aplicación de una medida de prevención tiene como resultado un aumento de lo que se está tratando de evitar se conoce como “compensación de riesgo”.
El término ha sido aplicado al hecho de que el uso del cinturón de seguridad no disminuye el nivel de algunos tipos de daños en los accidentes de tráfico, ya que los conductores se animan a conducir de forma más imprudente.
De la misma forma, se ha argumentado que el hacer disponible los preservativos en realidad aumenta en vez de disminuir los niveles de embarazo e infecciones de transmisión, porque éstos animan a los adolescentes a tener más riesgos sexuales con la falsa creencia de que no sufrirán daños.
Mientras los preservativos ofrecen cierta protección contra las infecciones de transmisión sexual, la píldora del día después no ofrece ninguna.
Gran Bretaña tiene la tasa más alta de embarazos adolescentes en Europa occidental. En 2008, último año del que hay cifras disponibles, más de 7.500 niñas en Inglaterra y Gales se quedó embarazada. Casi dos terceras partes de estos embarazos terminaron en aborto.
Las tasas de enfermedades de transmisión sexual también están subiendo. En 2009 se registraron 12.000 casos más que el año anterior, en que se registraron 470.701 casos. El número de infecciones entre 16 y 19 años de edad atendidos en clínicas de medicina genito-urinario aumentó de 46.856 en 2003 a 58.133 en 2007.
La investigación internacional no ha logrado encontrar ninguna prueba de que los programas de control de emergencia de nacimientos, logren una reducción en las tasas de embarazos y aborto de adolescentes. En cambio ahora cada vez hay más pruebas que demuestran que no sólo esos programas no consiguen lograr algo bueno, sino que pueden de hecho estar haciendo daño.
La disponibilidad de la pdd sin receta, es por desgracia una respuesta mal concebida a la epidemia en espiral en Gran Bretaña de enfermedades de transmisión sexual entre los adolescentes, el aborto y el embarazo no planificado. Tampoco está basado en pruebas.
La mejor manera de contrarrestar la epidemia de embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual es promover el cambio real de comportamiento. El gobierno haría bien en entablar un diálogo con los líderes de los colectivos en el Reino Unido, donde las tasas de enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no planificados son bajos, especialmente las comunidades religiosas cristianas, sobre todo para aprender acerca de lo que realmente funciona.
Programas sostenidos por la Iglesia como Love for Life (Irlanda del Norte), Love2last (Sheffield), Challenge Team, Romance Academy o Lovewise (Newcastle) están obteniendo grandes resultados y tienen mucha sabiduría que transmitir. ¿Qué tal si se financia una investigación seria para estudiarlos más a fondo?