España se ha convertido en un ejemplo a nivel mundial de que no siempre un mayor gasto educativo supone mejores resultados.
El gasto en educación pública en España ha pasado de representar el 1,8% del PIB en 1975 a más del 5% en 2010. Pero a pesar del incremento notable de la inversión, los resultados educativos dejan mucho que desear. Basta con atender a una de las voces más autorizadas en este terreno, Andreas Schleicher, coordinador jefe de PISA, para convencerse de que hay que cambiar de rumbo. Schleicher es tajante: en educación, solo con gastar, no se consiguen los objetivos. Y el caso de España es simplemente paradigmático. ABC desmonta tres falsos mitos sobre el gasto educativo.
1. Profesores con buenos sueldos. Educación ha aumentado las horas lectivas del personal docente (25 en Infantil y Primaria y 20 en las restantes enseñanzas). Pero esa cifras están dentro del margen de normalidad europea. Por otra parte, el salario inicial de los profesores españoles, en todos los niveles, es superior a la media de la OCDE y de la UE, aunque transcurridos 15 años de la carrera profesional, se reducen las diferencias de los salarios medios. Al final de la carrera docente, los salarios de España también se encuentran por encima de las medias de OCDE y de UE, aunque en nuestro país se necesitan más años de vida profesional para alcanzar el salario máximo. En resumen, los profesores españoles están mejor pagados que la media de la OCDE.
2. Más dinero que la media de la OCDE. La financiación del sistema educativo español es superior a la de los países de nuestro entorno en todos los niveles educativos, según pone de manifiesto el último estudio de referencia internacional al respecto, «Panorama de la Educación, 2012». España destina 10.094 dólares al año de gasto público por cada alumno en la educación pública, un 21% más que los países de la OCDE y de la UE. La inversión en Educación se ha duplicado en la última década (de 27.000 millones a 53.000 millones de euros). Según el Ministerio de Educación, a pesar de los recortes últimos, España mantendrá la diferencia porque el margen del 21% es muy amplio y porque también el resto de países han tenido que apretarse el cinturón.
3. Menos alumnos no siempre es mejor. La mayoría de los estudios internacionales no aprecian ningún efecto negativo en el rendimiento medio de una clase si aumenta la proporción de alumnos, a no ser que el número se acerque a 40. La tasa de estudiantes por profesor en España es inferior al de la media de la OCDE en todos los niveles educativos. La OCDE toma como referencia los datos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), donde la ratio de alumnos por profesor en España (10,1) es inferior a la de la OCDE (13,7) y a 21 países de la de la UE (11,7), desde primaria hasta la universidad. La diferencia es aún mayor en el caso de los centros públicos, en donde la ratio de alumnos por profesor en la ESO en España es de 8,6, por los 13,5 de la OCDE y el 11,4 en 21 países de la UE.