Una treintena de familias de Navarra han presentado un recurso contra el nuevo Skolae, el programa educativo afectivo-sexual adoctrinador del gobierno de la comunidad foral española.
DN/InfoCatólica) Tres años después de que explotase la bomba Skolae al conocerse el contenido de sus fichas, el polémico programa de coeducación afectivo-sexual del departamento de Educación vuelve a la picota. Un grupo formado por una treintena de familias ha presentado un recurso contra la nueva versión del programa. Denuncian que el contenido de Skolae tras su anulación por el Supremo es aún «más peligroso y adoctrinador» en los alumnos. Por ello, acuden a la vía administrativa como paso previo al Tribunal Superior de Justicia, que ya tumbó el programa en su día.
Skolae centró buena parte de las polémicas educativas navarras en la pasada legislatura, tanto por ciertos contenidos afectivo-sexuales dirigidos a escolares desde Infantil como por su obligatoriedad en todos los centros. Impulsado entonces por el Gobierno de Barkos fue anulado por el TSJN en 2020 tras el recurso de otro grupo de familias. En mayo de 2021 el Supremo lo ratificaba inadmitiendo el recurso del Gobierno foral, ahora ya en manos socialistas.
El departamento de Educación encontró su vía legal para retomar Skolae a través de un Decreto Foral que a finales de julio ratificó el Consejo de Navarra, principal órgano consultivo. Y vuelve a estar vigente en todos los colegios e institutos de la Comunidad foral.
«Sibilino»
Ahora, una treintena de familias que escolarizan a sus hijos en centros públicos y concertados de Navarra ha presentado un recurso de alzada contra el nuevo Skolae ante el Tribunal Administrativo de Navarra. Lo consideran «peor y más peligroso» por tres motivos:
«Está diseñado de forma más sibilina, disfrazando la ideología que contiene, al utilizar un lenguaje más estudiado. Con ello persigue pasar desapercibido y no crear oposición, pero sin renunciar a sus postulados ideológicos esenciales. En segundo lugar, a diferencia del anterior, que se aplicaba de forma escalonada, obliga a todos los colegios navarros de forma inmediata. Y por último, prevé el control, ya no sólo de las aulas, sino de todos los ámbitos de la vida escolar: aulas, pasillos, comedor, patio, juegos, personal de servicios, familias, espacios comunes. Incluso los libros de las bibliotecas han de ser controlados».
Las familias denunciantes recuerdan que la Orden Foral del 30 de septiembre de este año aprobó el Plan de Coeducación del Gobierno foral y que Skolae es su concreción. Aplica a todos los centros sostenidos con fondos públicos la obligación de elaborar un Plan de Identidad Coeducadora, que constituirá la base de una estrategia educativa «transversal», y que no sólo se integrará en el currículum, sino que debe aplicarse a todos los elementos y espacios del centro.
«Si bien una lectura rápida de los objetivos en su conjunto, que se articulan en general en torno a conceptos como el respeto, la igualdad y la responsabilidad, puede crear una primera impresión de que nos encontramos ante enseñanzas democráticamente asumidas, un análisis más detenido concluye que, tanto el trasfondo del programa, como muchos de sus objetivos, contienen una moral ideológica que va mucho más allá de la enseñanza de valores democráticos», expone el recurso.
En un documento de 58 páginas llamado El programa Skolae, un itinerario para aprender a vivir en igualdad, así como en los materiales que se están utilizando actualmente en los centros proporcionados por Educación, «se abordan cuestiones controvertidas sobre identidad, familia, antropología, relaciones afectivo-sexuales… que afectan a lo más íntimo de la persona y donde las familias deben tener la última palabra, pues los padres son los principales educadores de los hijos y la Administración debe estar a su servicio».
«Ideología de género»
Además, las familias denunciantes aseveran que se puede comprobar la pretensión de adoctrinar a los alumnos, sin el consentimiento de los padres, en asuntos como estos que recoge literalmente Skolae: El cuestionamiento de la jerarquía establecida de los saberes y el valor atribuido; asumir el propio cuerpo como fuente de sensaciones, satisfacción y placer; reconocer la gran diversidad de identidades masculinas y femeninas, los diferentes modelos de convivencia familiar, la gran diversidad existente en los procesos relacionados con la maternidad y la paternidad, capacitar para el uso del lenguaje inclusivo de la diversidad de identidades de género; mostrar actitudes de rechazo ante quienes muestran comportamientos e iniciativas que la limitan.
Por todo ello, el grupo de familias concluye que Skolae se trata de la «imposición de la ideología de Identidad de Género respecto a la que no existe consenso -ni tampoco existe unanimidad en la comunidad científica en las bases biológicas en las que se sustenta- y que contradice frontalmente las convicciones morales y religiosas y valores cristianos que profesan los recurrentes y, con ello, el derecho constitucionalmente protegido de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones». Dicha imposición – terminan- exigiendo por parte del Gobierno su impartición obligatoria en todos los centros navarros «supone un intento de inculcar a los alumnos una determinada forma de pensar que no tiene por qué ser compartida por toda la sociedad ni por los padres de los alumnos, y que constituye un adoctrinamiento inaceptable en un Estado de Derecho».