Treinta años de deterioro educativo y de valores

Para los “poderosos” que quieren a toda costa seguir “con la avaricia y con los sublimes escaños de su soberana potestad” es mejor tu ignorancia y la mía que la sabiduría de muchos.
Rafael Gutiérrez Amaro.-Forum Libertas.
Desde el año 1976 soy profesor de Matemáticas en Educación Secundaria y como tal he podido verificar la evolución educativa en estos años hasta 2012.
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Durante este tiempo, además de dedicarme a mi labor educativa como profesor, me he dedicado a organizar, coordinar y colaborar Actividades Extraescolares que en muchos casos estaban orientadas a la Convivencia Escolar.

En este nuevo milenio, la Convivencia Escolar llegó a ser tema prioritario en el ámbito educativo, dada la importancia de temas como disciplina, acoso escolar o bullying, fracaso escolar por motivos de convivencia, deterioro de la autoridad, maltrato y violencia en el aula, faltas de respeto continuadas entre iguales o entre los profesores y los alumnos, interrupciones en el aula por motivos de charlas incontroladas, corrillos, malos modos, gamberradas, insultos… También eran prioritarias las dificultades de aprendizaje y dificultades de integración en el aula, por motivos: sociales, familiares, de marginación o de capacidades intelectuales. Muchos de los alumnos que tenían que estar estaban, pero no en el lugar adecuado.

En los años: “80 y algo” del siglo pasado desde sectores muy influyentes del Ministerio de Educación se promociono a nivel social, familiar, educativo y dirigido a todos los alumnos la “ley del mínimo esfuerzo”, se puso en duda de una manera clara y evidente la eficacia de los deberes que los alumnos tenían que realizar en casa, se quería evitar a toda costa el concepto de fracaso escolar. Para los dignatarios políticos era preferible tapar y no dar importancia a la ignorancia de los alumnos y evitar las frustraciones al alumno y a las familias; y para ello se creó una situación de aparente normalidad, de “amnesia colectiva”, un “no pasa nada”. Pero en el fondo lo que existía era una ignorancia a veces y en algunos sectores terrible, que iba cogiendo forma hasta llegar a los niveles educativos actuales que, “según informes recibidos son de gran ignorancia o ignorancia plena o ignorancia absoluta”; y no por falta de medios que los ha habido, ni de buen profesorado que lo ha habido, sino por falta de coherencia política de los que en aquellos años y posteriormente gobernaban la Nación Española, todos aupados por la voz de la calle que reclamaba seguir el camino fácil, el camino del “todo vale”, el camino de “ESO para todos y no te compliques”.

Para los “poderosos” que quieren a toda costa seguir “con la avaricia y con los sublimes escaños de su soberana potestad” es mejor tu ignorancia y la mía que la sabiduría de muchos; sabiduría que puede incomodarle. Para ellos es mejor la pobreza que la riqueza.

Los “usureros del poder y de la riqueza […] Prefieren los arrabales donde se hacina el hambre de los harapientos que el pedestal de la cultura”.

Y para terminar, a mi entender, los ricos pueden seguir diciendo: “España va muy, muy bien”, los de clase media pueden decir: “cada vez está más lejos el fin de mes” y a los pobres, a los pobres aconsejarles que aprendan la caligrafía del mármol para poner sus nombres en sus propias tumbas, pues en un país en donde se roza la miseria todo es posible.

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