Transexualidad. El caso de Caitlyn

Durante toda su vida se había sentido y ocultado su “condición” de mujer pero se casó tres veces y tiene seis hijos.
Observatorio de Bioética UCA.-No sé si cuando Bruce Jenner ganó la medalla de oro de decathlón en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976 ocupó tantos titulares.image¡ Pero ahora, que a sus 65 años se ha descubierto que en realidad es Caitlyn, se ha subido al podio de la transexualidad más popular del mundo, con derecho a portada en Vanity Fair. No es para menos.

A juzgar por la transformación física que revela dicha portada, hay que reconocer que el trabajo sobre su cuerpo ha sido mucho más concienzudo y esforzado que el que le exigió ganar el decathlón. Se ve que ha hecho falta mucha operación en Bruce para sacar a la luz a la verdadera Caitlyn que llevaba dentro. Según ha confesado ahora, durante toda su vida había sentido y ocultado su condición de mujer. Eso se puede entender. Lo que ya se entiende menos es que haya necesitado casarse con tres mujeres y tener seis hijos propios antes de reconocerlo. ¿No se sentirán decepcionados los que pensaron que tenían un esposo y padre y ahora se encuentran con que tienen una ex-esposa y madre? Ya nada es seguro en los modelos de familia, pero al menos debería exigirse que el modelo no cambiara según las temporadas.

La revelación de su nueva personalidad se ha envuelto en un celofán tan políticamente correcto que solo ha merecido alabanzas por “su valentía y su sinceridad”. Pero estas son audacias sin riesgo. Si en otros tiempos los trans podían ser objeto de humillaciones, hoy el cambio será saludado como un signo de liberación y “merecerá todo nuestro apoyo”. Si uno aparece en la portada de Vanity Fair, no cabe esperar que la suya sea una postura a contracorriente. El transgénero ha dejado de ser transgresor (Ignacio Arechaga. El Sonar.9-VI-2015).

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