ForumLibertas.com
En diversas ocasiones, nos hemos referido en los editoriales de ForumLibertas.com a las diferentes crisis que vive la sociedad española y que se manifiestan en ámbitos como el de la economía, la política o la enseñanza. Siempre hemos intentado subrayar la vinculación de todo ello en el sentido de que estas crisis no son disociables y separables, sino que nacen de la propia sociedad española. No hay unos políticos ‘malos’ y una sociedad ‘buena’, ni una gente muy perversa en el ámbito económico y los demás que actúan con un lirio en la mano, aunque de todo hay, y esto también se debe subrayar, en la viña del Señor.
Estas crisis se deben extender al ámbito de la Justicia española por diversas razones, por una historia que empieza a ser ya larga: cada vez ofrece al ciudadano una menor sensación de garantía. La Justicia es la última instancia y lo que es necesario que aporte, lo que justifica su naturaleza, es seguridad. Seguridad jurídica, de la misma manera que la función de los bancos, que ahora incumplen, es facilitar el crédito.
El juez Pedraz ha hecho un auto político, porque su interpretación ha sido de esta naturaleza. Ha abandonado los hechos y ha practicado un juicio de intenciones. Es una evidencia aplastante que la manifestación convocada delante del Congreso tenía como objetivo impedir el normal desarrollo de las actividades, bien intentando penetrar en su interior, si ello hubiera sido posible, bien rodeándolo e impidiendo el acceso y la salida de los diputados. No es ninguna novedad. Algo parecido sucedió hace meses ya en el Parlamento catalán, pero allí la menor disponibilidad de recursos policiales tuvo consecuencias mucho más dramáticas. Los diputados que intentaban llegar fueron perseguidos y en diversos casos agredidos, y durante horas el Parlamento estuvo absolutamente aislado del resto del país. Un espectáculo dantesco y pésimo para la democracia. La previsión en el caso del Congreso de los Diputados impidió algo de esta naturaleza.
Pero, lo que no se puede ahora es argumentar que ha habido una sobreinterpretación de la Policía porque esto es exactamente lo contrario de lo que debe hacer un juez: establecer un juicio de valor al margen del hecho en sí y utilizar como argumento la decadencia de la clase política. Porque, mucho nos tememos que por desgracia este mal esté generalizado en el conjunto de la sociedad y por lo tanto no excluye a nadie, tampoco a los jueces. El mensaje que se ha enviado ahora desde la Justicia es que actuar contra el Congreso de los Diputados es un derecho inalienable y que por lo tanto puede hacerse con la mayor impunidad. El mensaje que se ha enviado a los cuerpos policiales es que cuando utilizan la contundencia necesaria para disolver a miles de personas con el riesgo que esto comporta tienen todos los números del mundo para ser como mínimo criticados y en el peor de los casos investigados.
La policía cuando interviene ha de ser prudente, pero no se le puede negar el margen de confianza y libertad para que utilicen la contundencia. ¿Cómo si no unos centenares de policías pueden actuar sobre miles de manifestantes? Con estas actuaciones la Justicia debilita los fundamentos prácticos del funcionamiento de la democracia y esto es pésimo. Nos sentimos profundamente preocupados.
Preocupados y atemorizados, pero no por la violencia en la calle sino por el comportamiento de la Justicia. Ahora mismo en el caso Morín ha sucedido un hecho increíble. La testigo protegida alegó que después de cinco años no podía recordar las declaraciones que en su momento hizo ante la policía y el juez. Argumentó que es una persona que recibe tratamiento médico y que pasado tanto tiempo no cabe el recuerdo. Todo esto es razonable y perfectamente aceptable, pero no lo es que dentro de este no recuerdo incluya hechos como si Morín practicaba abortos o no, porque una cosa es no recordar datos, fechas, todo aquel detalle concreto que explicó en su minuciosa declaración, y otra cosa es que se le haya borrado de la cabeza a qué se dedicaba el doctor Morín, si al aborto o a la trituración de pollos como parece que intentaba sostener su mujer cuando declaró ante la justicia.
Tampoco es admisible que la testigo diga ahora que ella más bien trabajaba en el área de administración y que no estaba cerca del tema de los abortos, porque cuando declaró su información era clara y precisa. En definitiva, o la testigo ahora no dice la verdad ante el tribunal o no la dijo en el momento de hacer las declaraciones. Bien, esta evidente contradicción fue absolutamente pasada por alto por el juez, por el tribunal. Hay que recordar que hay indicio de presión sobre esta persona. El abogado defensor, como ya se informó el pasado 28 de septiembre, cometió la escasamente ética acción, por no decir otra cosa, de dar su nombre en pleno juicio, es decir la defensa y por tanto los acusados conocen quién es el testigo protegido. ¡Menuda protección!
Además, no es un dato menor que cuando intervino la Guardia Civil, y realizó una excelente tarea de investigación, consiguió encontrar muchas cosas, por ejemplo el emplazamiento de las trituradoras, que estaban perfectamente ocultas porque siguieron la pauta de la declaración de la testigo. Es decir que, cuando ella habló, habló de cosas concretas y reales que la práctica ha demostrado que existían. Esto no se puede negar ni echar en saco roto, no ya el hecho en sí sino el propio valor de lo que dijo esta mujer, no ahora en el juicio, que se ha callado, sino antes, cuando sin presiones declaró libremente ante la policía y el juez.
Hemos dicho en más de una ocasión también que el caso Morín es un test para la credibilidad de la Justicia española porque en este país la tesis que existe es que los jueces son incapaces de perseguir el aborto ilegal. Esto explica el escaso número de casos que llegan a juicio y también que cuando lo hacen no existan las condenas. Veremos ahora si ante un tema tan clamoroso de las actuaciones de un hombre que llamaron la atención de la televisión pública danesa o de los medios de comunicación británicos por sus prácticas radicalmente irregulares –pero que no despertaron ningún interés en los medios de comunicación de aquí- es juzgado con justicia.