En una entrada anterior expliqué los problemas que hay alrededor de una tasa de paro juvenil elevada y que dura mucho tiempo. La clave está, me parece, en la productividad del empleado joven, sobre todo si tiene poca formación, es decir, no está en condiciones de hacer tareas complejas, aplicar conocimientos suficientes en su trabajo, adaptarse a nuevas tecnologías, etc. ¿Qué se puede hacer?
Lo que no se debe hacer es fijar salarios altos, porque esto excluye a los trabajadores menos cualificados, que quedan irremisiblemente condenados a largo periodos de desempleo. Pero ya señalamos los problemas derivados de los salarios bajos…
Bueno, si las cosas no cambian, los salarios no podrán subir mucho: si la productividad es de 100 unidades y el ingreso es de 100 euros, no se puede pagar un salario de 100; los número no salen. Esto no vale para cada día o cada mes; hay temporadas en que la productividad es mayor y otras menor; lo importante es el promedio. Pero si durante mucho tiempo la productividad es baja, o caen las ventas (ya no hace falta producir 100 unidades), o caen los precios, el desempleo es una amenaza.
Solución: mejoremos la productividad. Puede ser el esfuerzo del trabajador, que pasa a producir 110 unidades. O que la empresa compra máquinas mejores, o reorganiza la producción… Si el trabajador está en condiciones de trabajar con las nuevas máquinas (tiene las cualificaciones oportunas), podemos no despedirle y pagarle más, o contratar nuevos trabajadores; lo primero soluciona el problema de los salarios bajos, y lo segundo el del desempleo. Poco a poco, claro, siempre que la empresa esté en condiciones de introducir nuevos equipos, nuevas tecnologías o nuevos métodos de trabajo. La patata caliente la tienen, pues, las empresas: en parte, la responsabilidad por el desempleo juvenil está en su campo.
Otra solución: mejoremos la cualificación de los empleados. ¡Gran idea! Problema: necesitaremos años y muchos recursos para conseguir que los nuevos trabajadores tengan mejores capacidadesy una productividad mayor. O sea, es una solución a largo plazo (cuando, como decía el economista, todos estaremos muertos). La responsabilidad es ahora de los propios estudiantes, de los maestros y escuelas, de las familias, de las empresas, del gobierno… No es bueno que metamos a todos en el mismo saco, pero…
Pero aún hay otras soluciones, que veremos otro día.