El 17 de octubre publiqué, como cada cuatro semanas, un articulo en El Periódico. El título era “Aprender de los menos ricos”. En el fondo, podía haberlo titulado como esta entrada. Porque la tesis es la misma: los ciclos económicos provienen, la mayoría de las veces, de la repetición de los errores. No siempre es verdad, claro: cuando la Unión Soviética desapareció, Finlandia, cuya economía, sin ser soviética, dependía del mundo comunista, sufrió una crisis de enormes proporciones. Pero, excepciones aparte, casi todas las crisis tiene la misma historia.
La historia de la evolución reciente de las economías emergentes, y de la española, y de la de otros muchos países, puede ser la siguiente. Una economía crece. Todo es normal. De repente, o poco a poco, empieza a pasar algo menos normal. El banco central reduce los tipos de interés, o entran muchos capitales exteriores (cortesía de la política expansiva de Bernanke, por ejemplo). O las exportaciones de primeras materias son abundantes (gracias a China). O el gobierno practica una política fiscal demasiado expansiva. Todo esto anima la economía. Todo el mundo aplaude: más crecimiento, más empleo, más alegría…
Y posibles burbujas, más déficit público, más déficit exterior, más deuda interna o externa, más inflación… Al final, el tinglado se viene abajo. Quizás los norteamericanos suben los tipos de interés, y los capitales dejan de entrar y empiezan a salir. Quizás la burbuja inmobiliaria pincha. O caen las exportaciones, por la pérdida de competitividad, o ppor cualquier otra causa. O la sostenibilidad de la deuda pública empieza a estar en entredicho. O los bancos comerciales empiezan a mostrar agujeros importantes…
¿Suena a familiar? Con variantes (más o menos déficit público o exterior, bancos más o menos sólidos…), esta es la historia de casi todas las crisis de los mercados desarrollados (Islandia, España, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia; antes Japón, y antes Suecia…) y emergentes. Con variantes, ya lo he dicho.
De ahí el título que puse a mi artículo en El Periódico. Los países emergentes están teniendo una recesión, más o menos grave, desde hace unos meses. Arriba he escrito la explicación genérica, que ustedes deben adaptar, en cada caso, a las peculiaridades del país, porque Brasil no es Argentina, ni Turquía es Sudáfrica. Nosotros tuvimos los mismos problemas antes. Lo importante es que ellos aprendan de nosotros: algunos lo hicieron, y no han tenido crisis, o ha sido mucho más suave. Y nosotros debemos aprender de sus errores de ahora, porque volveremos a caer en ellos dentro de un tiempo. ¿Qué se apuestan?