- Que las grandes empresas hagan más para apoyar a las pequeñas que están en su cadena de suministro y de distribución. De ahí resultaría fortalecer la idea de que todo el mundo tiene algo que ofrecer en el sistema económico. Los medios concretos que sugiere incluye que la gran empresa proporcione crédito a la pequeña, y que le dé consejos sobre los mejores estándares y prácticas. La idea me parece muy aplicable a la economía española.
- Mejorar el acoplamiento de los trabajadores jóvenes a los puestos de trabajo, para minimizar el tiempo que están fuera del mercado.
- Reorientar la gobernanza de las empresas en el largo plazo, dando poder a los inversores institucionales y a los consejeros independientes sobre los directivos insiders. Esto tiene debilidades, claro.
Lo de menos son las propuestas concretas. Lo que me gusta de este breve documento es que recuerda a las empresas, sobre todo a las grandes, que su responsabilidad va más allá de producir, vender y ganar dinero. Que se den cuenta de que, si algo no va bien en su entorno, no tienen derecho a encogerse de hombros. Y que estén dispuestas a echar una mano en algo que no les va a costar dinero, como las propuestas señaladas antes.
Esta entrada vuelve sobre el tema que desarrollé hace un par de días en el Comentario de la Cátedra sobre las “nuevas” responsabilidades de las empresas