Puesto que el objetivo de todos es el de conseguir un desarrollo óptimo de todas las facetas de nuestros hijos, queremos empezar dando una definición amplia de la Educación Integral.
Al hablar de Educación Integral la entendemos como:
· Ejercicio correcto de los hábitos.
· Una adecuado establecimiento de límites.
· Un desarrollo personal que le haga dueño de su vida y le posibilite para alcanzar sus sueños.
· Desarrollo adecuado de su propio cuerpo y una vida saludable.
· El desarrollo preciso y armonioso de su emotividad y de su sensibilidad.
· Un desarrollo intelectual que agudice su curiosidad y su creatividad.
Y a través de ella queremos conseguir:
· Preparar para el ejercicio responsable de su libertad de acuerdo con los siguientes objetivos globales: Aprender a hacer, aprender a aprender y aprender a ser.
No podemos hablar de ordenes sin tener muy claros qué son y para qué los límites. Teniendo muy presente que:”los niños son niños y actúan como tal. No podemos pedirles que actúen como un adulto”
¿Qué es un límite?
Es, sin entrar en definiciones raras, lo que sí queremos que el niño haga y lo que no queremos que haga. Es un medio que nos ayuda a orientar al niño en su día a día.
¿Por qué son necesarios?
Los límites educativos son necesarios por tres motivos:
1. Porque le ayuda a entender e integrar las normas que rigen el mundo en el que vive.
2. Porque le ayuda a sentirse seguro.
3. Porque les ayuda a “portarse bien”, a ser “mejores personas” y, por lo tanto, a tener un buen concepto de sí mismos.
Hemos de:
· Tratar de forma amable y evitar ironías porque no las entienden.
· No hacer las cosas por él si puede hacerlas solo. Poner zapatillas, dar de comer, quitar ropa, recoger…
· No anticipara la respuesta.
· Digamos no preguntemos * es decir, dar alternativas es positivo e incluso necesario en ocasiones pero hay respetar su decisión. Ayúdame a poner la mesa ≠≠ ¿quieres ayudarme a poner la mesa? Puesto que si hacemos una pregunta la respuesta igual no es de nuestro agrado y no por ello esta desobedeciendo.
Limites: Deben ser para todos, cada día sin excepción. Pocos, claros y bien dirigidos. En la edad tratada (2- 3 años) deben referirse a lo básico: sueño, comida, orden, autonomía e higiene personal. Para favorecer estos objetivos hay que hacer cosas con el niño así como conocer los puntos fuertes de este para posibilitar el refuerzo
Los medios: alabanza y refuerzo positivo, reconocimientos de las obras de los niños/as a pesar de no cumplir nuestro deseo u objetivo (valorar el proceso), la confianza y los “limites” en si mismos.
¿Sabemos mandar?
Cuando le pedimos a un niño que haga algo y no lo hace, hemos de comenzar mirando el contenido de este requerimiento. El proceso de toma de decisiones acerca de qué es lo que los niños razonablemente pueden hacer.
Se puede trasmitir confianza en los modos de decir, en los enfoques y en las motivaciones adicionales que se ofrecen. Existen 5 condiciones que ayudan a una mejor asimilación de la información:
Þ Alegría.
Þ Paciencia.
Þ Confianza.
Þ Delicadeza.
Þ Dedicación.
Nuestra labor es la de que los niños tengan confianza en si mismos y que lo que aprendan lo hagan con placer. Significa estar satisfecho con la labor cumplida: – conseguir nuevas habilidades, aprender algo nuevo, ser válido para alguien, cumplir responsabilidades…
El objetivo esta centrado en Querer. Que lo niños quieran ser obedientes, ser ordenados, ser trabajadores…
¿Cómo dar órdenes?
1. Asegurémonos de lo qué queremos decir. A veces somos demasiado rigurosos o demasiado permisivos con nuestros hijos, pidiendo demasiadas cosas o no pidiendo nada, lo que da más oportunidades al niño de desobedecer puesto que desconoce lo realmente importante o lo que realmente queremos de él.
2. Es bueno pararse a pensar en la importancia de la orden antes de darla. Si pedimos al niño que recoja sus juguetes y acabamos recogiéndolos nosotros, difícilmente nos obedecerá en el futuro.
3. Hagamos que sea fácil de cumplir. En niños más pequeños a veces tenemos que limitarnos a una sola orden, aunque necesitemos que el niño realice varias tareas. Elogiando cada pasó. Por ejemplo si un niño está aprendiendo a vestirse solo, podemos elogiarle por cada prenda que sea capaz de ponerse.
4. Asegurémonos de que nos escucha. Sin un contacto visual no podemos estar seguros de que nos han oído. No conviene dar órdenes a gritos de una habitación a otra, ya que el niño puede estar tan concentrado en la actividad que esté realizando que ni siquiera nos escuche.
5. Si queremos estar seguros de que recibe y entiende nuestra orden debemos eliminar todas las demás distracciones (televisión, música, videojuegos…) Para ello podemos pedirle que nos repita la orden que le hemos dado.
6. Debemos considerar el tiempo. A veces es necesario decir al niño de cuanto tiempo dispone
El NO también ayuda a crecer. Hay que saber decir NO, un niño no sabe exigirse lo que tiene que hacer o negarse lo que no debe hacer, si no ha sido enseñado a hacerlo así. Hay que decir NO muchas veces y hay que mantenerse firmes. Los niños no entienden los razonamiento, sino a la actuación clara. La voluntad crece con el ejercicio.