RESPETO MUTUO EN EL AULA ENTRE EL PROFESOR Y EL ALUMNO

Son tus hijos.-Durante los últimos años se ha producido una pérdida de la
autoridad del profesorado. Se ha pasado de un exceso de autoritarismo, a
situaciones de miedo del alumno al profesor, de ser una figura coercitiva y en
ocasiones sin prestigio a situaciones de “tuteo” y “colegueo”, en el trato
alumno-profesor. Se ha pasado de respaldar en casa la labor del profesor, a
justificar a los niños quitándole la razón al profesor.

Los valores que se deben vivir en el aula son los de autoridad,
responsabilidad, exigencia, de cumplimiento de unas normas donde existen
derechos y deberes. El profesor debe ser consciente de que la relación con el
alumno es compleja, ya que es una relación en la que surgen múltiples puntos de
fricción y a la inversa el alumno no puede esperar que el profesor vaya a ser
su colega. Sin embargo las relaciones deben establecerse en un marco de mutuo
respeto, de comunicación personal y de orientación adecuada para el estudio y
el aprendizaje; así el profesor no puede ridiculizarlo delante de sus
compañeros ni ofender su dignidad, recíprocamente el profesor tendrá derecho a
que su dignidad no se vea afectada dentro del aula ni fuera de ella, donde en
ocasiones algunos padres faltan al respeto a los profesores, y si los padres no
los respetan, difícilmente lo harán sus hijos.

El profesor también se gana el respeto preparándose muy bien las
clases, llegando y acabando puntualmente las clases, corrigiendo sin demorar
mucho tiempo los exámenes, en una palabra ejerciendo “profesionalmente” en el
día a día su labor docente, así los alumnos se sentirán correspondidos y
conseguirán en el aula la excelencia y la autoridad.

Todo este camino se debe realizar de la mano de las familias, sin
que los padres caigan en la tentación de pensar que es obligación de los padres
y éstos que es responsabilidad de los docentes.

Agradecimiento es otra palabra clave en esta relación. En
Finlandia los alumnos se despiden de los profesores dándoles la mano y
agradeciéndoles la tarea que han hecho y lo que les ha enseñado el profesor,
así como se ponen de pie cuando entra y sale el profesor. Son pequeños gestos
que se aprenden en casa y  que en general
en deben ser adoptadas por la sociedad, que es quien en el fondo da la autoridad
al profesor.

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