Resolviendo conflictos en positivo.-Profesor Tomás Melendo

En la actualidad, el mayor enemigo de la familia es el individualismo. No temer los conflictos, buscar lo que hay en ellos de positivo. Mucha atención a las cualidades… y ninguna a los defectos. La felicidad es la consecuencia del amor. Lo primero que los hijos esperan de sus padres es que se quieran entre sí. Discutir ante los hijos es como “romper en ellos” lo que una vez unimos, al engendrarlos. Cuidar el matrimonio es lo mejor que se puede hacer por los hijos. Hay que aprender a disfrutar “de y con” el cónyuge. A los hijos hay que enseñarles, con gestos, a estar más pendientes de los demás que de sí mismos. Ocuparse sinceramente de los demás trae consigo, siempre, la felicidad. Querer “bien” a alguien es estar muy pendiente de lo que a él/ella le ayuda, con independencia de que a uno le cueste o no. Para educar no hay que corregir defectos, sino fomentar cualidades.