Por qué no se deben ignorar los celos entre hermanos

Los celos, por definición, son un estado emocional que se caracteriza por una sensación de frustración, al creer que no somos correspondidos emocionalmente por las personas queridas o con la misma frecuencia o intensidad que deseamos o necesitamos.

En la infancia se dan diferentes tipos, uno de los más comunes son los celos entre hermanos, y más en concreto, los celos que aparecen con la llegada de un nuevo hermano o hermana, la conocida como “pelusa”. Muchos padres prefieren esperar a que pase esta etapa, pero es mejor no ignorar la existencia de este sentimiento.

Fuente: Guía Infantil,. Web: https://www.guiainfantil.com/

Los celos, por definición, son un estado emocional que se caracteriza por una sensación de frustración, al creer que no somos correspondidos emocionalmente por las personas queridas o con la misma frecuencia o intensidad que deseamos o necesitamos.

En la infancia se dan diferentes tipos, uno de los más comunes son los celos entre hermanos, y más en concreto, los celos que aparecen con la llegada de un nuevo hermano o hermana, la conocida como “pelusa”. Muchos padres prefieren esperar a que pase esta etapa, pero es mejor no ignorar la existencia de este sentimiento.

La importancia de no ignorar los celos entre hermanos

Te contamos por qué no debes ignorar los celos entre hermanos

La “pelusa” no es más que un sistema de protección del niño que reclama mantener la misma atención que tenía antes, y que ahora tiene que compartir con su hermano. En cierto modo es normal que exista, y es hasta bueno que un niño reclame su sitio y su atención, si no lo hiciera habría que estar atentos.

El problema viene, cuando la respuesta de celos es exagerada y prolongada y afecta al desarrollo familiar habitual. Es en este caso cuando debemos poner nuestra atención.

En los niños con celos, la respuesta puede ser variada y, generalmente va en función del estado evolutivo del niño. Suelen aparecer en diferentes conductas:

Con envidia y resentimiento ante el nuevo hermano al que percibe como un rival.

– Con tristeza y sentimiento de abandono.

– Con conductas regresivas, es decir, conductas infantiles de imitación del hermano pequeño.

Es muy importante estar pendiente del niño, al fin y al cabo los celos son una manifestación de los sentimientos que tienen de forma exagerada porque no han aprendido, ni tienen herramientas emocionales para expresarlo de otra forma. Debemos prestarles la atención adecuada, sin darles todos los caprichos ni vigilarles continuamente, ya que pueden llegar a aprovecharse de la situación. Siempre es mucho mejor un abrazo que un juguete.

7 signos para detectar a los niños celosos

Estos son algunos de los signos que indican que un niño es celoso. Debes permanecer atento a ellos, ya que te dan pistas sobre lo que tu hijo está sintiendo.

1. Se aprecian signos de infelicidad o tristeza. El niño puede decir que no se siente querido y/o tener lloros injustificados.

2. Tiene cambios de humor sin motivo.

3. Aparecen nuevas conductas con motivo de llamar la atención (pis en la cama, pérdida de apetito, agresividad, etc.)

4. Vuelve a un lenguaje infantil.

5. Se alteran los patrones de sueño y de comida.

6. Siente negativismo, terquedad o dificultad para obedecer.

7. Niega errores propios y culpa a otros, generalmente al hermano.

Qué hacer si tu hijo siente celos de su hermano

Es importante saber que no podemos evitar los celos y que cada niño los manifiesta de forma diferente. Por eso, lo primero y más importante, es NO culparnos. Los celos aparecen y forman parte del proceso madurativo del niño; igual que llegan, se van.

Podemos poner en práctica una serie de medidas para minimizar el impacto y hacerlo más llevadero para toda la familia:

– Establecer un equilibrio en el trato a los hermanos de forma que eliminemos las preferencias y, sobre todo, NO COMPARAR.

– Cuando haya que llamar la atención por alguna conducta, hacerlo siempre marcando los aspectos positivos.

– Aumentar el tiempo de ocio familiar para mejorar la comunicación.

– No se puede razonar con un niño celoso o enrabietado, es mejor dejarle tranquilo. Una vez calmados, hablar con el niño desde una posición serena y firme. Mantén la calma, solo es un síntoma de su malestar.

– Invitar al hermano mayor a participar en los cuidados o atenciones del pequeño y hacerle ver lo importante que es su ayuda.

La relación entre hermanos tiene su propio desarrollo y evolución. Si mantenemos un clima familiar estable y calmado, los celos serán superados de una forma paulatina sin causar daños emocionales a ningún miembro de la familia.

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