1.) Los organizadores creen que la presencia de símbolos y ritos católicos en actos de Gobierno “infringe la Constitución”. 2).- Quieren recuperar la asignatura de Educación para la Ciudadanía y que sea permanente y transversal para que abordar, desde una perspectiva sincretista, el hecho religioso. 3.) Proponen ilegalizar todas aquellas religiones o sectas que se basen en la existencia de “grupos superiores e inferiores”.
El encuentro interreligioso de Podemos está programado -todavía con fecha orientativa- para el próximo mes de marzo. Girará en torno a la pregunta “¿Qué aporta la dimensión espiritual en la construcción de una sociedad laica?“. Con la respuesta a esta cuestión, y siempre partiendo del convencimiento de que “Otra Democracia y Otra política es posible”, los organizadores pretenden dar paso a una sociedad “nueva” fundada en “el respeto y el cuidado a la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia social y económica, la democracia, la no violencia y una cultura de paz”.
El Círculo de Espiritualidad Progresista reconoce que sus reflexiones aún necesitan ser corregidas y aprobadas por parte del comité técnico del partido. Esto podría parecer una contradicción, dado que el sistema de organización de los círculos, en teoría, establece que son vías de participación horizontal y soberanas, aunque luego, en la práctica, buscan interactuar “ágilmente” con el comité técnico, que todavía está redactando el capítulo de “espiritualidad” dentro del programa electoral de Podemos.
En cuanto al fin último del encuentro interreligioso, el mismo grupo de trabajo que lo está organizando reconoce que el objetivo del mismo es “apoyar la candidatura de Podemos”, a la vez que “construir una sociedad más inclusiva”. Los organizadores, en las reflexiones internas a la que ha tenido acceso Religión Confidencial, también se abrogan de modo explícito la “responsabilidad” de orientar la política pública del Gobierno español en el caso de ganar las elecciones.
Para lograr estos propósitos, los organizadores del encuentro interreligioso están tratando de contactar con “buscadores espirituales serios” que hayan tratado estos temas “en profundidad”, si bien precisan que es mejor invitar a “gente de base” que a “personalidades de las jerarquías”. El motivo que aducen para justificar este criterio de seleccion sería “posibilitar que la gente se vincule”.
Los organizadores, en sus reflexiones internas, expresan que “sería bueno conseguir personas de diferentes espiritualidades que hablen de cómo construir ciudadanía”. Al tiempo, recalcan que el encuentro “estará abierto a todo el mundo, sean o no futuros votantes de Podemos”, pero a continuación reconocen que invitarán a “personas que con las que trabajamos en problemas sociales y debates religiosos de diversas confesiones”.
Normas para el programa de Gobierno
El encuentro se celebrará bajo la premisa de “escuchar, y no debatir”, aunque –precisan- las respuestas concretas a las cuestiones planteadas “(aborto, conciertos de colegios religiosos, etc.)” serán respondidas en el programa político de Podemos.
El encuentro interreligioso contará con varias mesas de debate que girarán en torno a temas que están originado “conflicto social”. De estas mesas saldrán las orientaciones que, en materia religiosa, guiarán el Gobierno de España en el caso de que Podemos llegue al poder. Los organizadores tienen claro que el encuentro estará enmarcado por tres ejes: la Constitución Española, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta Fundacional del Círculo de Espiritualidad Progresista de Podemos. En las reflexiones internas del Círculo de Espiritualidad a la que ha tenido acceso Religión Confidencial ya aparecen recogidas algunas de las guías orientadoras sobre las que debatirán.
Uno de estas reflexiones girará en torno a la cuestión de los símbolos y ritos religiosos en los actos de Gobierno. Los organizadores del encuentro señalan que “tradicionalmente algunos actos de gobierno como festejos, inauguraciones y desfiles han impuesto la participación de las autoridades de gobierno en ceremonias católicas pese a que las autoridades tengan su derecho a ser o no ser confesionales de esta religión”. Los organizadores creen que en la celebración de dichos actos “se infringe la Constitución” para, acto seguido, proponer que “tendrían el mismo derecho otras religiones con mayor o menor presencia en la ciudadanía o las personas agnósticas y ateas”.
En el apartado dedicado a la educación religiosa en la escuela, los organizadores no solo proponen retomar la materia de educación para la ciudadanía, si no que además pretenden que dicha asignatura sea “materia permanente y transversal” y que tenga los siguientes objetivos: primero, educar en la “convivencia pacífica” para expresar con respeto las creencias y estimular el deseo de conocer –“no el de juzgar, harto habitual”- la otredad con el propósito de “comprender otras sensibilidades y tener buena información de la historia y los contenidos de las diversas religiones, creencias, ritos y tradiciones”; y, en segundo lugar, quieren analizar las “inquietudes de búsqueda” en materia de ética, espiritualidad, pensamiento libre y actitud crítica.
Limitaciones a la libertad religiosa
En línea similar, los organizadores también buscan debatir sobre la posibilidad de “restringir, deslegitimar, desmotivar o, si llega el caso, ilegalizar”, aquellas creencias que impongan a las personas mutilaciones, humillaciones o restricciones a la libertad. También creen que estas medidas podría aplicarse a todas aquellas religiones o sectas que se basen en la existencia de “grupos superiores e inferiores” donde los segundos deban someterse a los primeros “en contra sus propios intereses”. Los organizadores, asimismo, expresan la ambición de regular legalmente las formas de identidad por creencias asociadas en torno grupos, sectas o iglesias, y avanzan que “de manera elemental deben ser deslegitimadas o en su caso ¿prohibidas? las sectas o agrupaciones de pensamiento que sean abiertamente racistas, xenófobas, fóbicas contra las otras formas de creencias (antiislamistas, antisemitas, anti-ateos, etc.)”
La resolución pacífica de conflictos es otro aspecto al que los organizadores del encuentro interreligioso prestan especial atención. Consideran que en temas de espiritualidad, “como en otros muchos dentro de una democracia participativa”, es importante “desarrollar-practicando (aprender-haciendo) virtudes de mediación en conflictos y técnicas de resolución pacífica”. Este razonamiento sirve de preámbulo a los organizadores para, acto seguido, poner bajo sospecha al hecho religioso en sí mismo pues consideran que “es en cuanto a religión o so pretexto de ella”, que se han producido “las matanzas más sangrientas en la historia reciente y pasada”.
El encuentro está previsto que se estructure en dos niveles; uno será de perfil “más íntimo”, mientras que el otro, de corte “más social”, estará centrado en los valores, creencias y problemas de la ciudadanía. En el primer nivel “intimo” se quiere reflexionar sobre el derecho a practicar “lo que se siente” y el respeto a los símbolos, valores, prácticas y ritos de cada confesión espiritual, “incluyendo las no religiosas”. Los organizadores, siempre dentro de este primer nivel, promoverán en el encuentro interreligioso “diferentes formas de expresión de lo trascendente que permitan a todo tipo de personas expresarse y participar en un ambiente de confraternización”.
En el segundo nivel, que será el que tendrá una orientación ya propiamente intelectual, se entrará de lleno en el debate de las diferentes concepciones “ideológicas-religiosas”, entre las que se incluye explícitamente “la educación religiosa en la escuela”, “los privilegios a una sola iglesia en una sociedad laica”, “la sociedad multicultural y pluriétnica”, “las prácticas fóbicas o antidemocráticas de algunos grupos de identidad religiosa”, “las formas del proselitismo o de la financiación y transparencia de las organizaciones religiosas, etc.”, así como los métodos de trabajo para conseguir una convivencia pacífica basada en el respeto a las diferentes concepciones de lo espiritual.
Ambiente y horario del encuentro
Partiendo de la premisa de que en el encuentro interreligioso “la gente” deberá tener espacio para “participar, expresarse y celebrar”, los organizadores creen que sería bueno hacer grupos pequeños para “trabajar y compartir”, y culminar con “una celebración sincrética (o incluso comenzar con ella)” o bien realizar celebraciones religiosas con diferentes rituales. También creen que el encuentro podría terminar con una oferta musical que aporte cada corriente de espiritualidad y tratar de que “no predomine una espiritualidad sobre otra”.
En cuanto al horario del encuentro, los organizadores barajan que sea de un día completo de duración, dedicando la mañana, de 9:00 a 13:00 horas, a los “debates en asamblea, grupos reducidos, exposiciones de materiales, manifestaciones lúdicas y artísticas”, que tendrían su colofón en la asamblea final. La tarde, de 15:15 a 20:00 horas, estaría dedicada a las mesas de debate centradas en los “problemas” antes señalados. Está previsto que la jornada concluya con cierre “lúdico y festivo” que durará de las 21:15 a las 21:00 horas.
Los organizadores están en proceso de confirmar un lugar céntrico y grande en Madrid con salas pequeñas y pasillos para exposiciones, barajando principalmente dos: la Sala Ateneo o el campus de la Universidad Carlos III situado en la zona de Puerta de Toledo.