Fuente: Aceprensa
Arthur C. Brooks es uno de los mayores expertos en felicidad. Se dedica a ella. A enseñarla. A escribir sobre ella. A hablar sobre qué es y cómo se alcanza. En 2019 empezó a hacerlo desde la tarima de la Harvard Kennedy School y la Harvard Business School. Sus clases tienen una larga lista de espera y además, comenta, sabe de la existencia de un enlace de Zoom pirata por el que acceden centenares de alumnos a la retransmisión de sus cursos. Ellos creen que él no lo conoce, pero sí.
Durante esta época atravesé un proceso de discernimiento espiritual en el que vi que debía estudiar la felicidad de forma científica, para compartir lo que descubría con la gente. Cuando tomé esta decisión, cuando vi que ese era el camino, empezaron a aparecer muchas oportunidades, unas diez, de diferentes universidades de prestigio. Oxford, Harvard, Princeton, IESE. Escogí Harvard para salir de Washington, porque debes irte del sitio en el que estás para empezar de nuevo, y así empecé a enseñar y escribir sobre la felicidad, y a publicar libros y artículos sobre el tema.
— ¿Y tú eres feliz?
Durante estos cinco años en los que llevo dedicándome a esta labor, mi propia felicidad ha aumentado, soy un 60% más feliz que hace 5 años. Y lo puedo medir científicamente, porque tengo las escalas que entrego a mis alumnos, que yo también hago, y el resultado es que soy un 60% más feliz porque tengo mejores hábitos. No he llegado a la media de felicidad de la población. La gente tiene de media un 5,2 en Estados Unidos, siendo 1 miserable y 7 lo más feliz posible. Yo tengo un 4,5, pero está mucho mejor que antes.
Supongo que te han preguntado muchas veces qué es la felicidad, pero, antes que eso, me gustaría preguntarte por el mayor error o malentendido que manejamos sobre el concepto de la felicidad.
El primer error, con diferencia, es pensar que la felicidad es un sentimiento. No lo es. Los sentimientos son indicios de la felicidad, pero no son la felicidad. Es como confundir el olor de la cena con la cena. Tienes el olor de la cena en la casa de tu madre y dices ¡ah, qué bueno!, pero eso no es la cena. Es la evidencia de la existencia de la cena que vas a disfrutar luego. Y eso mismo pasa con la felicidad.
Necesitamos la infelicidad para aprender, para crecer, para existir en el mundo, para sobrevivir
La felicidad produce sentimientos, pero no es los sentimientos. Por eso decir “yo quiero tener emociones positivas, porque las emociones positivas son la felicidad” es un error total.
El segundo error es pensar que puedes llegar a la felicidad absoluta, porque no lo puedes hacer. Vas a tener experiencias malas y debes tenerlas para crecer, para aprender. También vas a tener emociones negativas, porque son señales de lo que está pasando fuera de ti.
Si no tuviéramos estas emociones, estaríamos muertos. Necesitamos la infelicidad para aprender, para crecer, para existir en el mundo, para sobrevivir. Hay que tener en mente que llegar a la felicidad absoluta es imposible y perseguirla llevará a una profunda frustración. Siempre.https://www.aceprensa.com/entrevista/arthur-c-brooks-experto-en-felicidad/