Panorama de la Educación 2014. Indicadores de la OCDE

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Cuatro son los bloques temáticos de este estudio: la expansión de la educación y los resultados educativos, los beneficios sociales y económicos de la educación, la financiación de la educación y el entorno de los centros educativos y el aprendizaje.

 Algunas conclusiones de este Informe son las siguientes:

 El 45% de los españoles de entre 25 y 64 años no ha terminado ni el Bachillerato ni su equivalente de FP. Este porcentaje casi dobla al 24% que presenta la media de la OCDE. El 36% de la población española de entre 25 y 34 años no tiene ni el Bachillerato. En la OCDE, este porcentaje es del 17%.- España es el país de la UE con mayor porcentaje de alumnos que ni trabajan ni estudian, uno de cada cinco, lo que se traduce en cerca de dos millones de personas. En relación a la OCDE, es el segundo país con mayor porcentaje de “ninis” (por detrás de Turquía). A diferencia de lo que ha ocurrido en la OCDE, este porcentaje se ha incrementado en España año tras año.

Poca atención de la FP. Sólo el 9% de la población española posee un título de FP de grado medio. El porcentaje de titulados en estudios de FP es significativamente superior en Alemania (55%), Francia (30%), Italia (32%) y Holanda (32%). La media de la OCDE es del 33%.

Aunque un mayor nivel educativo supone una barrera de protección frente al desempleo, en España esa barrera es más débil que en el conjunto de la OCDE. Una persona con estudios superiores tiene en España un 55% menos de  probabilidad de estar desempleado que una persona que solo alcanzó la ESO. En cambio en la  OCDE esta probabilidad es inferior en un 63%. – El informe español pone de manifiesto el gran esfuerzo inversor en educación, que ha permitido una mayor tasa de escolarización desde Educación Infantil hasta la Universidad. Sin embargo, el estudio constata que tenemos mucho espacio de mejora en la adquisición de mayores niveles de competencia y formación,  necesarios para  proteger mejor a los ciudadanos contra el desempleo y para obtener los beneficios sociales de la educación.

Los alumnos españoles tienen más horas de clase que los de la OCDE. Los alumnos de la ESO (de 12 a 15 años) reciben un total de 4.245 horas lectivas en toda la etapa, frente a las 2.922 que, de media, se tienen en la OCDE. Por otro lado, el tiempo que el profesorado dedica a impartir clases en las escuelas públicas de enseñanza obligatoria es superior al promedio de la OCDE (en Primaria, 880 horas anuales, frente a las 782 de la OCDE). Sin embargo, el tiempo reglamentario total de trabajo es inferior (1.425 horas frente a las 1.642 de la OCDE).

Menos ratio de alumnos por profesor. La ratio alumnos/profesorado es inferior a la media de la OCDE en los centros públicos de Secundaria (nueve alumnos por docente en España, 13 alumnos por profesor en la OCDE), pero está por encima de la media en centros privados (15 alumnos por profesor en España, 13 alumnos por profesor de media en la OCDE). La OCDE cree que no influye mucho en los resultados educativos que la ratio de alumnos por profesor sea menor.

Pocos alumnos excelentes. Hay muchos alumnos mediocres, pero sólo unos pocos sacan buenos resultados. Sólo el 12% de los universitarios alcanza resultados excelentes en competencia lectora, frente al 24% de la OCDE. En competencia matemática, hay un 10% de españoles con buenas notas frente al 26% de la OCDE. Dice este informe que “las puntuaciones obtenidas por la población española con título universitario son sensiblemente más bajas que las de la media OCDE”.

Los beneficios económicos para el individuo y la sociedad que proporciona la obtención de un título de educación terciaria genera retornos netos positivos en todos los países considerados. En España los retornos privados son un tercio inferiores a los de la media de la OCDE, mientras que los retornos públicos son prácticamente cuatro veces menores.

El informe español pone de manifiesto el gran esfuerzo inversor en educación, que ha permitido una mayor tasa de escolarización desde Educación Infantil hasta la Universidad. Sin embargo, el estudio constata que hay mucho espacio de mejora en la adquisición de mayores niveles de competencia y formación, necesarios para proteger mejor a los ciudadanos contra el desempleo y para obtener los beneficios sociales de la educación.

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