Nuestros hijos quieren querer

Amor falso y Amor verdadero

Un libro del Dr. Jokin de Irala, profesor del Máster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, desvela algunas claves sobre cómo educar a los hijos en el amor verdadero.

El libro “Nuestros hijos…quieren querer. Pautas para una educación afectivo-sexual” está dirigido a los padres y madres que quieren acompañar mejor a sus hijos en el maravilloso desafío de construir su personalidad y su felicidad, ofreciéndoles una orientación y ayuda positiva en su formación afectiva y sexual. “Los hijos quieren querer pero no saben cómo. Quieren expresar sus sentimientos y dudas pero, con frecuencia, no saben a quién abrir su corazón”, señala el Dr. Jokin de Irala.

La obra apunta algunas claves del amor falso y verdadero:

Amor falso:

—Se caracteriza por la búsqueda individualista de la propia satisfacción. Es algo que se busca y se hace para uno mismo.

—Se fundamenta principalmente en el placer sexual: más que «dar amor» busca un «amor egoísta».

—La búsqueda de placer se convierte en una cadena que ata, pesa y esclaviza. Al final el sexo no produce satisfacción completa y debe ser continuamente repetido y/o sustituido.

—Se llega a utilizar la propia intimidad como objeto de intercambio ocasional: es dar el cuerpo sin haberse entregado a uno mismo. Te conviertes en persona-objeto.

—Se vive siempre el momento, la improvisación. Te incapacita para asumir metas altas, valores duraderos.

—Una relación física sin compromiso es necesariamente provisional: induce a pensar que aún está por llegar alguien mejor.

Amor verdadero:

—Es paciente, da paz y tranquilidad. Sabe esperar: disfruta de cada momento sabiendo que va construyendo su vida y sus ideales, su conciencia y su personalidad.

—No quiere quedarse en las meras sensaciones, sino buscar la verdad que hay en ellas, su valor más profundo.

—Se acomoda al ritmo natural de la maduración del amor: no se trata de reprimir las tendencias, sino de saberlas dirigir y para eso se necesita aprendizaje y maduración personal.

—Sabe que la libertad no está en hacer lo que me viene en gana, sino en saber gestionar las ganas para saber si conviene.

—No toma decisiones precipitadas y sin pensar en las repercusiones. Fomenta el autodominio y la autoestima: busca el bien para sí y para la otra persona.

—La relación está basada en la comunicación, en el conocimiento y aceptación mutua y tiende a la exclusividad y a la eternidad.

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