No se le ocurra casarse, no vaya a ser que le guste
El mundo actual se caracteriza por un miedo atroz al compromiso matrimonial y el fruto más amargo de dicho miedo es la pandemia mundial de divorcios y separaciones a la que nos vemos abocados.
Son numerosas las causas que explican dicho miedo, pero, si las analizamos con detalle, veremos que se pueden resumir en una sola: miedo a perder mi autonomía y mi libertad…
(…) Reconozcamos que el matrimonio, hoy en día, no goza de la fama ni del prestigio que merece. Y de un tiempo a esta parte, uno se topa con líderes de opinión, influencers de todo a cien, que defienden que el matrimonio es una institución caduca e inhumana…
(…) El matrimonio no es una institución propia de una determinada ideología, cultura o religión. Es una institución humana y, como tal, aparece en todas las civilizaciones de la tierra, implantándose allá donde dos personas se desean amor eterno. Y es que cuando uno se enamora de otro, lo quiere para sí…
(…) prometiendo que van a hacer todo lo que esté en su mano para que dicha relación vaya bien y no se rompa nunca. Pase lo que pase. Suceda lo que suceda. A las buenas y a las malas. A las duras y a las maduras…
(…) Ahora se entiende por qué irse a vivir juntos, no tiene absolutamente nada que ver con casarse, aunque la pareja esté unida por un hijo o por una hipoteca. El compromiso es otra cosa…
(…) Reivindiquemos el matrimonio como lo que es. Una forma de vida que jamás podrá desaparecer, pues es el mejor sistema que hay para que las personas crezcan, se sientan amadas y aprendan a querer…
(…) Enseñémosles a los que quieran escucharnos que, si el amor es verdadero y las ideas están claras, uno no debería de eternizar los noviazgos ni plantear la boda como un punto final…
(…) Un proyecto de vida común donde puedo compartir todo lo que me preocupa y me interesa con una persona que me conoce mucho mejor de lo que yo me conozco a mí mismo…
Créanme, millones de casos de éxito lo avalan. No hay mayor aventura y satisfacción que intentar hacer la persona más feliz del mundo a aquel o aquella que decidió decirme que sí, cuando yo me atreví a abrir mi corazón.
Fuente: Josemiguel Ponce.