Hoy 19 de marzo celebramos la festividad de San José, que se hace coincidir con el día del padre en España. Junto al día de la mujer (link) y el día de la vida (link), son ya tres fiestas en el mismo mes que nos llevan a celebrar la familia nuclear: la mujer-madre, el hombre-padre y la nueva vida.
El revuelo mediático contra las declaraciones de Dolce&Gabbana (ver link), sobre el derecho y la necesidad de toda persona humana de tener un padre y una madre, parece totalmente injustificado. En primer lugar, por el derecho a la libertad de expresión y opinión que tenemos todas las personas, y en segundo lugar porque lo que afirman D&G, además de ser compartido por millones de personas, está protegido por la convención más ratificada de la historia de la ONU: la Convención de Derechos del Niño (link). Su artículo 9.3 dice especialmente en caso de separación: “Los Estados Partes respetarán el derecho del niño a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.”
Recientemente me llegó copia de la primera acta del templo de la Sagrada Familia, (link) el monumento más visitado de Barcelona (más de 2 Millones de visitas al año procedentes de todo el mundo), cuando se puso la primera piedra el 19 de marzo de 1882, hace ahora 133 años. Entre otras cosas el acta indica:
“Sea esta obra para mayor honra y gloria de la SAGRADA FAMILIA. Despierte de su tibieza los corazones adormecidos. Exalte la fe. Dé calor a la caridad. Contribuya a que el Señor se apiade del País: y que éste, impulsado por su abolengo cristiano, piense, predique y practique las virtudes…”
Ojalá los recientes cambios en la asociación de amigos de Gaudí continuen inspirándose en el contenido de este acta.
El padre y la madre tienen en la familia una aportación insustituible y complementaria. Algunos estudios han analizado esta aportación del padre en concreto (ver link) en relación a la depresión, la delincuencia juvenil, los embarazos adolescentes y la depresión, entre otros.
Especialmente importante es la relación padre-hija. Teniendo en cuenta la necesidad de “empoderar” a la mujer, una buena relación de la hija con el padre es fundamental para disminuir el nivel de estrés de la hija (link artículo), tener un padre accesible y comprometido aumenta la autoestima y la satisfacción de la hija (link artículo), y un padre activo en casa, tiene un impacto en la trayectoria profesional de sus hijas, ya que éstas buscan trabajos con menos estereotipos de género (link artículo).
Os invito a ver este vídeo que muestra el importante papel de los padres que se sacrifican por el bienestar y la felicidad de sus hijos a fin de proporcionarles lo mejor: educación, comida y sustento.