Mi hijo es tímido y eso no es un problema

Imaginen la escena: un padre se encuentra a otro padre en el kiosco. Ambos con hijos pequeños, sobre los 6-7 años. Uno de los niños saluda. El otro no. Su padre le dice que salude (¡no va ser menos que el hijo de su amigo!). El niño no saluda. El padre se ve en la obligación de aclarar: “es que este chico no habla con nadie, es muy tímido; no sé a quién habrá salido”.image
Imaginen la escena: un padre se encuentra a otro padre en el kiosco. Ambos con hijos pequeños, sobre los 6-7 años. Uno de los niños saluda. El otro no. Su padre le dice que salude (¡no va ser menos que el hijo de su amigo!). El niño no saluda. El padre se ve en la obligación de aclarar: “es que este chico no habla con nadie, es muy tímido; no sé a quién habrá salido”.

Genial, si lo quería hacer mal, lo ha conseguido. Es una buenísima manera de debilitar la autoestima de un hijo. Pero se puede hacer todavía peor.
Los padres continúan hablando y uno de ellos le pregunta al “tímido” cómo le va en el colegio. Horror, el niño no se atreve a contestar. Además, ¿para qué? ¡Si su padre siempre contesta por él! Y así ocurre: “¡Discúlpale, es que es muy callado, dile que en el colegio te va bien y tienes muchos amigos!”. Ahora sí que acaba de exterminar la poca o mucha autoestima que le quedaba.

He visto esta situación en infinidad de sitios y de circunstancias: padres y madres que responden por sus hijos, que no soportan su silencio ante un desafío social. Que los excusan y justifican delante de los demás, con bromas, con ironías o incluso con amonestaciones físicas. Padres y madres que se avergüenzan de la timidez de sus hijos.
Es cierto que nuestros hijos nacen con una personalidad muy marcada y unas características muy concretas que determinarán su carácter y su manera de enfrentarse a la vida. Pero también es cierto que algunas de estas características se pueden “trabajar” para aumentarlas o disminuirlas, para pulirlas y perfeccionarlas y en este sentido tú puedes hacer mucho por la timidez de tu hijo.
Puedes hacer mucho en positivo y… en negativo. Si al pegarse “a tus faldas” y negarse a saludar a tus vecinos le obligas a hacerlo, no solo le provocas todavía más bloqueo sino que él reconoce tu decepción y tu enfado; entonces se siente frustrado y comienza a resentirse su autoestima.

Lo que no es timidez

No confundas la timidez con la necesidad de seguridad de los niños pequeños. La mayoría de ellos necesitan confirmar siempre con sus padres que los lugares, las personas y situaciones nuevas son seguras. Solo si tu hijo percibe que tú le apoyas se atreverá a experimentar independientemente. Si te alejas o le ignoras, incrementará su timidez.

Debes saber que…

La timidez no es necesariamente negativa. No todo el mundo tiene que “hablar por los codos” ni ser el centro de la atención para ser feliz en la vida. La humildad, la prudencia, la modestia del niño también han de valorarse.

¿Te interesa saber lo que nunca debes hacer con un niño tímido?

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