Dentro de un interesantísimo número del semanario Alfa y Omega dedicado a las “Asignaturas para el curso que empieza”, la Hna. María Rosa de la Cierva –miembro del Consejo Escolar del Estado como “personalidad de reconocido prestigio” – centra su atención en la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) con un análisis titulado “EpC, una piedra que sólo puede hacer tropezar”.
De la Cierva destaca que EpC ” todavía no ha desaparecido” y que como piedra en el camino “(…) sólo puede hacer tropezar. Adoctrina, manipula, confunde…”. Y es que, sostiene, “la promoción de valores personales y sociales no depende de una asignatura. Y menos de ésta. Surgieron los padres y alumnos objetores porque el papel moralizador que se arrogó el Estado conculca el derecho de los padres a proporcionar a sus hijos la educación moral y religiosa que estiman más oportuna y más en correspondencia con los sentimientos de la familia. Además, el Supremo, en su sentencia del mes de febrero de 2009, no autoriza a la Administración educativa, ni a los concretos profesores, a imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas”.
Completan el artículo algunos ejemplos que demuestran que la estructura de la asignatura “sigue impartiéndose casi igual que con el Gobierno del PSOE, pues aunque la reforma del Gobierno del PP “ha procurado alguna matización de alguno de los contenidos, (…) ha mantenido intacta la estructura de objetivos, contenidos y criterios de evaluación que configuran la asignatura como una moral de Estado que debe asumirse y practicarse”.
Y concluye: “Señor ministro, escúchenos. Retire esta asignatura y refuerce las fundamentales. Será un bien para todos”
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