España casi dobla el porcentaje de población que en la UE solo tiene la ESO, y está en el furgón de cola de los países más desarrollados del mundo en cuanto a baja comprensión lectora y matemáticas, según el último informe de la OCDE.
El último informe de la OCDE sobre el sistema educativo en los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, ‘Panorama de la Educación. Indicadores de la OCDE 2014’, viene a constar las graves deficiencias y los desequilibrios de la estructura escolar española, que se traducen en un liderazgo en abandono escolar temprano entre los países de la UE y de la OCDE.
De hecho, España casi dobla el porcentaje de población que solo tiene la ESO en los países de la UE y de la OCDE. Al mismo tiempo, está en el furgón de cola de los países más desarrollados del mundo en lo que se refiere a baja comprensión lectora y matemáticas, según ese informe.
Para la información que sigue a continuación, cabe considerar en cuanto al gráfico que se ha reproducido a partir del propio informe de la OCDE que, en España, la educación «Pre-Primaria» equivale a Educación Infantil en España; la «primera etapa de Educación Secundaria» equivale a Educación Secundaria Obligatoria (ESO); que la «Educación Secundaria superior» o «segunda etapa de Educación Secundaria» equivalen al conjunto de Bachillerato, Ciclos Formativos de Grado Medio, Programas de Cualificación Profesional Inicial y otras enseñanzas Artísticas y de Escuelas Oficiales de Idiomas; y que la «Educación Terciaria» o «Educación Superior» equivalen a Educación Universitaria y Ciclos Formativos de Grado Superior españoles.
Un desequilibrio evidente
En el estudio se destaca el hecho de que, «a pesar de los esfuerzos realizados durante la última década, España se sigue posicionando entre los países de la OCDE con mayor proporción de su población que sólo ha alcanzado la Educación Secundaria Obligatoria o menos», como se puede observar en el siguiente gráfico, reproducido a partir del propio informe de la OCDE.
En este gráfico se puede observar el gran desequilibrio que presentaba España en 2012 en las tres etapas analizadas en el mismo sobre el nivel de formación de la población adulta, es decir entre los 25 y los 64 años. Se trata de la Educación PrePrimaria, Primaria y primera etapa de Educación Secundaria; la segunda etapa de Educación Secundaria y post-secundaria no Terciaria; y Educación Terciaria.
Así, hasta un 45% de la población adulta solo ha llegado a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), o sea que prácticamente dobla el porcentaje de la UE-21 (23%) y de la OCDE (24%). En el gráfico España es el cuarto país peor clasificado en esta etapa. Solo Brasil (55%), Portugal (62%) y México (63%) están en una posición más negativa.
Si se observa la parte superior del gráfico, la que corresponde a los universitarios licenciados, España, con un 32%, muestra un porcentaje que no se puede considerar negativo, si se contrasta con el de otros países como Holanda (33%), Francia (31%), Suecia (36%) o la media de la propia OCDE (33%).
El problema de España se vuelve a visionar en la zona media, en la segunda etapa de Educación Secundaria y Post-Secundaria no Terciaria, donde solo alcanza el 22%, el porcentaje más bajo salvo los de Portugal o México (19%).
Si comparamos la situación de España, por ejemplo, con la de Alemania, con un modelo muy particular y diferente al del resto, vemos que en la franja baja solo tiene un 14%, de los que menos; mientras en la zona media alcanza el 58%, debido a su famosa formación profesional; y en la alta no aparecen demasiados universitarios, el 28%, cuatro puntos porcentuales menos que España.
Otra cuestión que llama la atención es que, en referencia a España, no es lo mismo tener muchos universitarios con costes de la universidades iguales o muy parecidos al coste real, con poca aportación de dinero público, que tener muchos universitarios con costes prácticamente gratuitos.
Así, Estados Unidos, con un 41%, sobresale a pesar de que los costes van a cargo de las propias familias o estudiantes. Y, en contraste, Suecia tiene el 36% pero es prácticamente gratuito. En el caso de España, con su 32%, el sistema es casi gratuito.
En ese sentido se puede considerar que, al no necesitar tantos universitarios porque después no acaban trabajando a su nivel de estudios, hay mala utilización de los recursos públicos. Gastamos mucho más de lo necesario para preparar a unos jóvenes que después no tienen una salida profesional a su nivel de preparación.
Líderes en abandono escolar temprano
Por otra parte, el informe de la OCDE trata en otro apartado «las implicaciones» del abandono escolar temprano, es decir de aquellos jóvenes entre los 18 y los 24 años que, tras finalizar satisfactoriamente la ESO, no continúan sus estudios, ya sea en Bachillerato, Formación Profesional o cualquier curso de formación no reglada.
Los datos que muestra el estudio no son precisamente alentadores para España, con un 23,5% de abandono escolar temprano, muy cercana a los porcentajes de Malta (20,9%) o Portugal (19,2%).
Esta situación va en detrimento de las ventajas que proporciona el cerrar esos ciclos de educación superior, como «la mejora de la situación laboral futura, una mayor participación laboral, mejores salarios e ingresos tributarios más elevados hasta la conformación de individuos bien informados para la toma de decisiones que pueden afectar la salud, la esperanza de vida y el bienestar, entre otros aspectos».
Muy mal en matemáticas y comprensión lectora
Al mismo tiempo, en el mismo informe se presentan los datos de la puntuación alcanzada por los diferentes países analizados en el Programa Internacional para la Evaluación de las Competencias de la Población Adulta (PIACC, por sus siglas en inglés), que se refieren a la comprensión lectora y las matemáticas, como se ve en el siguiente gráfico, también reproducido a partir del estudio de la OCDE.
Pues bien, aquí España también muestra sus carencias en estos apartados educativos. Los estudiantes españoles «alcanzan una puntuación global en el PIAAC por debajo del resto de países participantes (excepto Italia) y del promedio de la OCDE. Se observa que a mayor nivel educativo de los individuos, aumentan las puntuaciones obtenidas en esta prueba», concluye el estudio.