LOMCE, ¿Una ley más?

Se constata que España gasta un 21% de dinero más en educación pública que en la media de países de la OCDE y tenemos una ratio de 10 alumnos por profesor y, a pesar de ello:

  • Sólo un 65% de jóvenes tiene titulación secundaria, frente al 82% de promedio en la OCDE.
  • La tasa de abandono es de un 24% frente al 13% en la OCDE.
  • La tasa de desempleo es mayor entre los jóvenes que no tienen los estudios terminados.
  • Los centros educativos en España no pueden tomar decisiones que les incumben por falta de competencias. No puede decidir sobre planificación ni estructuras escolares, ni sobre la gestión de personal y apenas sobre la gestión de recursos económicos.
  • Somos uno de los países europeos en el que los adolescentes eligen más tarde su opción de estudios (16 años). En países con menos abandono escolar la edad de elección está entre los 10 años de Austria, los 11 de Alemania, los 12 en los Países Bajos o los 14 en Reino Unido e Italia. Francia se aproxima un poco más a nuestro estilo de limitación de la libertad de elección, los 15 años.

 

Aciertos en de la reforma:

 

La primera línea del proyecto indica que “los alumnos son el centro y la razón de ser de la educación.” Apuntar que la misión educadora del Estado está en el desarrollo de la personalidad del alumno constituye un buen eje vertebrador. Estoy convencido de que al adolescente que se le da a elegir su futuro, si se le ayuda en este proceso de elección con una tutoría personal adecuada y un asesoramiento a los padres para que puedan acompañar a sus hijos en su decisión, se implicará con más esfuerzo y responsabilidad en los estudios, sean estos prácticos o teóricos, lo que conllevará una reducción del fracaso y del abandono escolar.

 

Asimismo, el proyecto LOMCE en su Exposición de Motivos, apartado II, reconoce que “los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. El sistema educativo tiene que contar con la familia y confiar en sus decisiones.” Ahora bien, esta declaración de intenciones sería recomendable que se hiciera expresa en el articulado.

 

Además, la evaluación externa de los centros mediante pruebas objetivas de las competencias básicas y la publicidad de estos resultados, involucrará a toda la comunidad educativa, profesores, familias y equipos directivos para que los centros despierten estado del letargo en el que se ha vivido durante el periodo de igualdad homogeneizadora del sistema monolítico impuesto por la LOGSE.

 

Asimismo, realzar y dar competencias a los directores de los centros de titularidad pública, rindiendo cuentas ante el consejo escolar del propio centro, marcará un antes y un después de la Escuela Pública. El liderazgo educativo y humano de algunos profesores hará, y estoy seguro que así será, más atractiva y diversificada la oferta pública y facilitará la creación de una red de centros públicos de referencia por su adecuación a su contexto socio-económico, por su continua innovación educativa y por la constante búsqueda de recursos económicos y humanos para enriquecer el proyecto educativo del centro público.

 

¿Qué se puede mejorar en el trámite parlamentario?

 

Falta que se aclare el concepto de subsidiaridad del estado. ¿Por qué sólo los que tienen recursos económicos pueden acceder a ciertos modelos de enseñanza obligatoria que sólo se implementan en escuelas privadas no concertadas? Los principios de solidaridad y de igualdad que marca la Constitución Española de 1978 en el ámbito de la educación nos indican que todos los ciudadanos puedan tener las mismas oportunidades de acceso a las diferentes opciones educativas. Todas las familias, independientemente de sus recursos económicos, deberían poder optar por el modelo educativo que más se adecúe al estilo educativo de su hogar. En la educación rige el principio de complementariedad que se identifica con el principio de subsidiariedad en educación.

 

La LOMCE sigue lastrando los errores de ausencia de libertad y de falta de corresponsabilidad de los claustros de profesores para que diseñen un currículo adaptado a su contexto humano, social y económico. Unas asignaturas, materias o disciplinas troncales en toda la nación sería lo deseable, pero el resto de áreas debería estar determinado por el propio centro, sin ningún tiempo de injerencia. ¿Por qué un centro escolar de primaria de una zona rural no puede desarrollar un modelo de una escuela unitaria no graduada? ¿Por qué toda la educación obligación ha de inspirarse en el modelo comprensivo? Sí, se implementan los Ciclos Formativos Iniciales duales (teórico-prácticos)… Pero, ¿no podría un claustro de profesores de un centro público establecer un modelo exclusivamente teórico o una línea predominantemente práctica?

 

Otra de las reformas que habría que plantearse es la formación de los futuros docentes. ¿Cuántos formadores de profesores tienen la experiencia de haber sido antes maestros de primaria o docentes en secundaria? La formación y reflexión teórica del futuro profesional de la educación es fundamental, pero el contacto real con su futura profesión es necesario, básico y crucial. Las Facultades de Educación deberían contar de forma permanente con la aportación de los profesionales de la enseñanza que estén en ejercicio. La carrera profesional docente se limitó y sigue limitada. Es justo que todos los docentes puedan acceder, por méritos de investigación, proyectos desarrollados y trabajos realizados (nunca por años de servicio), a contribuir en la formación de los futuros maestros.

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