“No pueden solo pedir y gastar. Hay que enseñarles a planificar. Si no, seguiremos durante años con el ‘son unos manirrotos, no dan valor a las cosas”, avisa Raúl de la Cruz.
Deia.BILBAO – Convencido de que la hucha se ha quedado obsoleta, Raúl de la Cruz fundó Keepunto, una plataforma que promueve la educación financiera de 100.000 adolescentes.
Algunos chavales se pasan todo el día pidiendo dinero. ¿Son conscientes de lo que gastan en total?
-No, pero tampoco los padres lo son. En España los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 24 años se gastan alrededor de 11.000 millones de euros al año, una cifra que asusta y sorprende. La crisis está siendo bloqueada por los padres y los chavales no la están sufriendo tanto.
Pero a muchos ya no se les da paga.
-En los últimos diez años, suponemos que por la crisis, hemos dejado de dar la paga. Si en el año 2001 el 62% de los chavales tenían paga, ahora el 62% no la reciben. Podría parecer que están gastando menos, pero lo cierto es que ahora se dan más pagas espontáneas. Se ha sustituido el salario semanal o mensual por cuando me pidas, te doy, lo que hace imposible calcular el gasto a final de mes.
¿Se ha dejado de dar esta asignación periódica solo por la crisis?
-También por connotaciones de educación. Es mucho más cómodo para todos dar cuanto te piden, sobre todo, para los adolescentes, ya que si les das una paga, se tienen que administrar. Si a esto se une que en el 70% de los casos no les exigimos nada a cambio de la paga, ni que aprueben, ni que hagan tareas, estamos haciendo un pan como unas tortas en lo que es la formación de nuestros adolescentes y su transformación en adultos responsables.
Entonces, es mejor tenerles en nómina y que se administren.
-Si no, vamos hacia el desastre. Todos los padres decimos: “Los adolescentes son unos manirrotos, no dan valor a las cosas, no saben lo que cuesta ganar el dinero…”. Cómo lo van a saber si no les enseñamos.
¿Hay que dar la paga siempre a cambio de algo?
-Hay mucha gente que dice que el esfuerzo no debería ser recompensado, pero nosotros creemos que siempre se recompensa. Si estudias mucho, con una nota. Si juegas al fútbol y ganas, con una medalla. La causa-efecto y el esfuerzo-recompensa también tiene sus beneficios.
Si se la gastan y tienen un cumpleaños, ¿hay que hacer préstamos aunque sean a fondo perdido?
-Un niño puede pedir un préstamo al padre, pero no a fondo perdido. No podemos subvencionar sine díe porque nos convertiríamos en lo que somos ahora, una ONG. Si decimos: “Te presto 20 euros, me los tienes que devolver en tres meses” y al mes siguiente no le minoramos la paga en lo correspondiente, dirá: “Esto es un chollo”. Tenemos que ser consecuentes y consistentes.
¿Hay que adoctrinar a abuelos y tíos para que no recurran a ellos?
-Tenemos que ser conscientes de esa financiación del entorno. Decir: “Mira, hijo, yo te voy a dar 12 porque el abuelo te da otros 2 y el tío otros 5. Con todo eso es con lo que tienes que contar para sufragar tus gastos”.
¿Se debe suprimir la paga como castigo cuando se portan mal?
-Yo no hablaría de premio o castigo. Sería más económico. Remunero porque haces unas tareas y penalizo cuando no cumples tus objetivos. Tenemos que intentar incorporarles a la vida real lo antes posible y enseñarles que las malas actuaciones tienen sus consecuencias. Un dato preocupante es que si bien los chavales entienden que por sacar malas notas o no comportarse adecuadamente pueden ver su paga retirada, el 84% nunca la ve minorada, hagan lo que hagan.
Y eso que entenderían que se la quitaran…
-Claro. Pero lo cierto es que financiamos a los adolescentes sin exigirles nada y no les penalizamos hagan lo que hagan. ¿A qué comportamiento les estamos dirigiendo?