Las prestaciones a las familias son una buena inversión

Fuente: Aceprensa

Este 15 de julio, Estados Unidos empezará a distribuir a los padres unas nuevas ayudas económicas por cada hijo. Se suma así a la lista de países, entre ellos Alemania y Polonia, que recientemente han incrementado las prestaciones económicas para las familias.

En marzo pasado, el presidente Joe Biden firmó la American Rescue Plan Act (ARPA, Ley del Plan de Rescate Estadounidense), un paquete de 1,9 billones de dólares que, entre otros beneficios, incrementa las ayudas facilitadas mediante desgravación fiscal a las familias con hijos a su cargo (Child Tax Credit, CTC).

Esta prestación empezará a ser distribuida el 15 de julio a más de 34 millones de hogares estadounidenses, como medida para luchar contra la pobreza infantil y ayudar en la crisis económica causada por la pandemia, que ha afectado con mayor fuerza a las familias más desfavorecidas.

Con esto, la ARPA amplía los pagos del CTC para el año fiscal 2021 hasta 3.600 dólares por cada hijo menor de 6 años y hasta 3.000 dólares por cada hijo de 7 a 18 años. Hasta ahora, la deducción fiscal que los padres de familia podían obtener se limitaba a 2.000 dólares por cada hijo menor de 17 años. Estas cantidades se van reduciendo a partir de cierto umbral de renta.

Ayudas más elevadas y para más hogares

Una de las grandes novedades que se han introducido es el cambio de los requisitos para recibir las ayudas, convirtiendo el CTC en completamente reembolsable. Previamente, las familias de bajos ingresos solo podían obtener hasta 1.400 dólares por hijo como reembolso (el 70% del importe completo), si el crédito por hijo era superior a los impuestos que debían. Esto conllevaba que las familias con bajos ingresos, que no tenían que pagar el impuesto sobre la renta, se quedasen sin el 30% restante. Bajo la nueva normativa, los padres que tengan derecho al crédito tributario por hijo pueden recibir el importe completo, independientemente de los impuestos que deban.

Los padres de EE.UU. recibirán de 250 a 300 dólares mensuales por hijo a partir de julio próximo

Además, se ha eliminado el límite anterior que otorgaba el crédito a familias con una renta anual superior a 2.500 dólares. Para 2021, los padres desempleados o que no lleguen a este mínimo pueden obtener el crédito por hijo si cumplen con los demás requisitos para obtener la ayuda. Estos cambios suponen un giro fundamental en favor de las familias con bajos recursos, muchas de las cuales se veían excluidas de recibir el monto completo.

Otra novedad introducida por la nueva Ley es la distribución de parte del crédito tributario a partir del 15 de julio de este año hasta diciembre, antes de que las familias hayan presentado la declaración de impuestos de 2021. Estos pagos por adelantado se realizarán desde mediados de julio hasta diciembre, a razón de 250 a 300 dólares mensuales por hijo, y supondrán hasta el 50% del crédito total. El importe restante se entregará en el periodo de devolución fiscal en 2022. La ayuda económica será distribuida, en su mayoría (se estima que el 80%), mediante depósitos directos. El resto se entregará por medio de tarjetas de débito o cheques, enviados por correo postal.

Estas ayudas adelantadas suponen un auténtico salvavidas para muchas familias estadounidenses, fatalmente afectadas por la pandemia y con una limitación de recursos extrema para atender a sus hijos menores. La actual tasa de pobreza infantil en EE.UU., el país más rico del mundo, se encuentra en un nivel muy preocupante, de casi el 20%. En comparación, otros países desarrollados, como Finlandia o Dinamarca, tienen tasas en torno al 11%.

Un pero que tiene este plan de ayudas por cada hijo es que está limitado, por ahora, al año tributario 2021. El presidente Biden propuso a mediados de mayo extender esta ayuda hasta 2025.

Las ayudas por hijo no son una novedad

La mayoría de los países desarrollados tienen ayudas similares desde hace años, y varios las han incrementado a causa de la pandemia. Un ejemplo es Alemania, que aumentó este pasado enero en 15 euros su paga mensual, llamada Kindergeld; una subida que no se veía desde 2010. Los importes mensuales actuales, que se incrementan conforme aumenta el número de hijos, son: 219 euros por el primero y el segundo hijos, 225 euros por el tercero, 250 euros por el cuarto y sucesivos. Haciendo las cuentas, una familia con cuatro hijos obtiene mensualmente 913 euros por parte del Estado alemán. Las pagas van en aumento si algún hijo es dependiente o tiene discapacidad.

Emplear recursos en aliviar la pobreza infantil permite ahorrar muchos costes que esta tendría por sus consecuencias a largo plazo

Los requisitos son solo que los hijos sean menores de edad, que los padres se hagan pleno cargo de sus hijos, y que residan en Alemania (cualquiera que sea su nacionalidad) o en otro país europeo (si se tiene la nacionalidad alemana).

Otro país que ya tenía las pagas por hijo pero que las ha aumentado recientemente es Polonia, que presentó el 15 de mayo un nuevo programa de recuperación económica. Las medidas incluyen un incremento de las prestaciones del vigente plan 500+ (introducido en 2016), que da una paga mensual de 500 zlotys (115 euros) por cada hijo a partir del segundo. La novedad introducida es un pago único de 12.000 zlotys (3.240€) a las familias por el nacimiento de cada niño.

Invertir en el futuro sale barato

Que más y más países se unan a la lista de proveedores de pagas mensuales a las familias por cada hijo tiene su origen en el compromiso social y del bienestar. Pero idealismo aparte, una de las razones por las que los gobiernos toman estas decisiones, es que las prestaciones contienen un claro beneficio económico para el país: hay recientes estudios que avalan la ganancia económica que supone la inversión en los hijos. No solo es un incentivo para promover el aumento de la natalidad en los países, al verse las familias respaldadas en la carga económica que supone mantener a una familia (más aún, si es numerosa). Emplear recursos en aliviar la pobreza infantil permite ahorrar muchos costes que esta tendría por sus consecuencias a largo plazo.

Un estudio realizado por la Universidad de Washington en 2018 halló que el coste agregado anual de la pobreza infantil en los EE.UU. era de 1,03 billones de dólares (el Plan de Rescate Estadounidense es de 1,9 billones de dólares), lo que representaba el 5,4% del PIB. Esos eran principalmente costes derivados del deterioro de la salud, el maltrato o de la falta de vivienda que sufren muchos niños, y que conllevaban, a largo plazo, una pérdida de productividad económica y delincuencia. Además, los investigadores estiman que, por cada dólar gastado en el apoyo de las familias, el país ahorraría al menos siete dólares de la carga económica que supone la pobreza infantil.