Fuente: Universidad de Harvard.Publicado en El Debate.
Un estudio de esta universidad concluyó que a través de las labores domésticas, los niños pueden desarrollar habilidades que les permitirán afrontar los desafíos que la vida les plantee.
Entre las mayores preocupaciones de los padres está criar a sus hijos para que triunfen en la vida, pero no solo que encuentren un buen trabajo, sino también que sean felices. Por ello, los expertos en psicología y crianza han dedicado mucho tiempo a estudiar la relación entre todos los impactos en la vida de los niños y su felicidad. Así, varios expertos de la Universidad de Harvard se propusieron encontrar la clave para que los niños desarrollen la aptitud para ser más trabajadores.
Tras varios años de investigación, se han acercado a una conclusión, aunque todavía no han terminado. Desde hace 85 años, han evaluado a distintas generaciones sobre cómo pueden ayudar los padres a sus hijos a ser más diligentes. En concreto, han realizado un seguimiento a más de 700 personas con capacidades de alto rendimiento para hallar el patrón que se pueda implementar en la crianza de los más pequeños. Entre sus resultados, encontraron una fuerte asociación entre las tareas del hogar y el éxito profesional.

El truco de Harvard para criar hijos exitosos: las tareas del hogar
Cinco habilidades para el éxito
A través de las labores domésticas, los niños pueden desarrollar habilidades (o soft skills, como las llaman ahora los reclutadores de las grandes empresas) que les permitirán afrontar los desafíos que la vida les plantee a medida que van creciendo. Otra investigadora de Harvard, la pediatra Claire McCarthy, explica que lo importante no son tanto las notas o las actividades extraescolares, sino todas estas aptitudes que tienen que ver con la función ejecutiva y la autorregulación.
«Desarrollar habilidades de función ejecutiva sólidas y encontrar formar de fortalecerlas puede ayudar a las personas a sentirse exitosas y felices en la vida», explica la pediatra de Harvard Health Publishing. Sobre todas las demás, esta prestigiosa universidad destaca cinco competencias que todo menor debería aprender: planificación, concentración, autocontrol, conciencia y flexibilidad.
Aunque cualquier momento es bueno para ponerlas en práctica, McCarthy destaca dos ventanas de oportunidad en la que los niños pueden aprenderlas. Los momentos más importantes para implementar estas habilidades serían la primera infancia (de los 3 a los 5 años) y la adolescencia y adultez temprana (de los 13 a los 26). La mejor manera de aprenderlas, dice la pediatra, es practicándolas.
Consejos para ponerlas en práctica
También recomienda una serie de pautas para incluir estas cinco aptitudes en el día a día de los niños, como planificar con ellos las actividades del día, la lista de la compra o unas vacaciones. Para la concentración, comenta que el uso de los dispositivos han mermado esta habilidad (también en los adultos), y por ello, la mejor manera de fomentar esta capacidad de mantener la mente enfocada en una tarea es pasar un tiempo sin pantallas, ya sea leyendo un libro o con un juego de construcción.
Por otro lado, para alimentar el autocontrol aconseja, como primer paso, que los padres se miren a sí mismos y cómo son sus reacciones ante ciertas emociones. «Hay que recordar que los niños siempre prestan más atención a lo que hacemos que a lo que decimos», incide McCarthy. Después, sugiere hablar sobre los sentimientos y estrategias para manejar las emociones fuertes, así como ayudarles a comprender cómo su comportamiento afecta a los demás.
Sobre la conciencia y la flexibilidad, anima a los padres a salir a pasear con sus hijos e imaginar juntos lo que la gente podría estar pensando, unirse a algún voluntariado o marcar rutinas en las que cada miembro de la familia comparta lo mejor y lo peor que ha pasado en su jornada; esto sobre la primera habilidad, y para la segunda, por ejemplo, comenta que no siempre hay que limitar los planes a la hora de la siesta o la hora de la comida. «No hay problema si los horarios varían ocasionalmente», explica la pediatra, quien también incita a los progenitores a ser espontáneos cuando puedan y a mantenerse optimistas cuando los planes cambian o fracasan.
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