Estaba en mi penúltimo año del bachillerato en Buenos Aires y tenía quince años cuando vi la primera tira de Mafalda en la revista Primera Plana: lo recordé esta semana en Onda Cero. Cómo no evocar con nostalgia la juventud y la terra lontana como dirían mis antepasados italianos.
En la Argentina empecé a interesarme por la inmigración y por mis tatarabuelos europeos, sobre todo españoles. Entonces a nadie se le ocurría fantasear con que, por ejemplo, la inmigración va a resolver para siempre el desequilibrio de la Seguridad Social. No lo hará, igual que los gobernantes nunca “resolverán” el problema del transporte público si se obstinan en ponerle puertas al campo.
Los que quieren poner puertas por todas partes son los populistas: lo vimos con las las exigencias de Podemospara aprobar los próximos Presupuestos. Podían pensar poco más en el progreso, como el registrado en la sanidad. Pero los políticos piensan en cosas raras, como en ocultar sus registros académicos.
Esta semana hicimos unas risas con el último invento financiero de los progres: el Fondo Monetario no “austeritario”. Fue el tema del Econhumor. Y con los años uno va aprendiendo, si Dios quiere. Y Dios quiso que comprendiera que había estado equivocado cuando aplaudí la sustitución de los nobles por los burócratas en la Administración Pública.
Y, por fin, hablando de nostalgia y de inmigración, la canción económica trató de ambas cosas: From Clare to here, de Nanci Griffith.
Hasta el próximo lunes.
Carlos Rodríguez Braun