Las dificultades de empleo de los jóvenes en estos tiempos de crisis llevan a decir que esta va a ser la primera generación que vivirá peor que la de sus padres. Con una tasa de paro juvenil del 55%, una precariedad laboral rampante, salarios de mileurista y en empleos a menudo por debajo de su cualificación, los jóvenes no ven la posibilidad de emanciparse y lograr una carrera profesional ascendente. Antes el bachiller o universitario de segunda generación ganaba más que su padre a la misma edad. Hoy un número creciente de diplomados compite por un número estancado de empleos confortables, cuyo nivel de retribución neta declina.
En Francia, el sociólogo Louis Chauvel diagnostica que el país está sacrificando a su juventud, cuyo nivel de vida relativo ha retrocedido un 17% desde 1984 respecto a los sexagenarios. En realidad, lo que detecta es que los jóvenes nacidos en torno a 1975 no se han beneficiado del mismo nivel de progresión del que han gozado las cohortes anteriores, algo que sí se ha mantenido en los países anglosajones y nórdicos.
El fenómeno que detecta Chauvel no es tan extraño, pues a medida que aumenta el nivel de ingresos los incrementos de generación en generación son menos bruscos. El piensa que el aumento del nivel de formación de los jóvenes ha creado la expectativa de pertenecer a una clase media superior, mientras que en realidad sus ingresos se están deslizando hacia los de la clase media inferior a la de sus padres. Se estaría produciendo así una caída de categoría social de la nueva generación.
Otros sociólogos han criticado esta conclusión, recordando que desde el fin de los años ochenta hasta los 2000, el crecimiento ha permitido a cada generación alcanzar un nivel de vida superior a la precedente.
Tanto en Francia como en España los jóvenes de hoy pueden considerarse afortunados respecto a los que podían disfrutar sus padres a su edad, en cuanto a formación, vivienda, ocio, viajes, tecnologías, idiomas, moda… No es la juventud de sus padres lo que envidian. Lo que quieren es tener lo que estos poseen hoy, y su inquietud proviene del temor a perder lo que han disfrutado en casa de sus padres.
Por otra parte, los jóvenes de hoy han podido contar en muchos casos con la ayuda de sus padres, tanto por seguir viviendo en casa como por la financiación de los estudios o las ayudas para iniciar su vida profesional y familiar. En España, según la Encuesta de Presupuestos Familiares recién publicada, en el periodo 2008-2013 el gasto medio por hogar bajó un 14,5%, para situarse en 27.100 € de media. Los gastos en vestido, mobiliario, ocio, hostelería cayeron casi un 30%; en cambio, el gasto en enseñanza subió un 22%, gasto que es siempre una transferencia de padres a hijos. Y el nivel de formación es lo que más puede potenciar en el futuro el ascenso social de los jóvenes.
De momento, hay bastantes jóvenes e incluso adolescentes que logran tener dinero, al menos para el ocio. El concierto de Miley Cyrus en Barcelona ha cubierto un aforo de 17.500, con entradas entre 55 y 85 €. A lo mejor son un regalo de abuelos a nietos.