El desafío del Islam hoy (Recomendado muy esclarecedor)

Entrevista con el rector del Pontificio Instituto Oriental sobre el Islam, Ramadán, religión, paz y violencia

Por Sergio Mora

Roma, 29 de junio de 2015 (ZENIT.org)

Ha iniciado el mes del Ramadán para los musulmanes. Para entender mejor qué significa esta fiesta en el contexto musulmán y de los cristianos de oriente, hemos entrevistado al padre Samir Khalil SAMIR SJ, pro-rector y interim del Pontificio Instituto Oriental, que ha explicado a los lectores de ZENIT lo que publicamos a continuación.

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¿Qué es el Ramadán?
— Padre Samir: El Ramadán es un mes de ayuno y oración que los musulmanes hacen cada año, durante un mes lunar como en los calendarios antiguos. Se ayuda desde el amanecer hacia las 5 de la mañana, hasta el anochecer.

¿Es un ayuno como el de Cuaresma?
— Padre Samir: Exactamente como los cristianos de Oriente hacen hoy el ayuno, no solamente los monjes sino también las familias. En Egipto, en la Iglesia copta, los cristianos no se llevan nada a lo boca, ni de comer ni de beber, desde la media noche hasta las dos de la tardes, y los monjes hasta el anochecer. Y después hay una cena muy ligera, y nada de carne, ni mantequilla ni queso, nada que se haya producido con animales. Para los cristianos la cuaresma son unos 47 días, porque el domingo no cuenta como ayuno.

Por tanto, ¿tiene un significado muy similar?
— Padre Samir: Sí, es muy parecido, una penitencia que uno hace para purificarse, y normalmente la tradición espiritual musulmana invita a los fieles a utilizar la noche para meditar el Corán. En verdad pocas personas del pueblo lo hacen, solo algunos imanes sufí, que corresponden a los místicos.

Para los musulmanes y los cristianos, pero también para los judíos y otras religiones, es un tiempo para estar cada vez más cerca de los pobres y los que sufren. La diferencia con el ayuno cristiano es que en el Ramadán se come más que en cualquier otro periodo de año, y es un periodo festivo. En algún sentido se podría decir que se recupera la tarde lo que no se ha comido durante el día, también cuando va a la cama o media noche o a las dos de la mañana. Esta es la costumbre normal de los musulmanes en los países árabes que conozco.

¿Los musulmanes ven la religión como un mensaje de paz?
— Padre Samir: En el Corán existen fragmentos que hablan de paz y otros que hablan de guerra, contra los enemigos de la fe. Contra los incrédulos, el Corán dice: apresadles y matadles dondequiera que les encontréis” (Corán 4, 89) y “apresadles y matadles donde deis con ellos” (Corán 4, 91).

Según la tradición, en la segunda parte de su vida, entre el 622 y el 632, fecha de su muerte, Mahoma emprendió unos sesenta ataques contra las caravanas, de saqueos (palabra que proviene del árabe ghazwa) por varios motivos. El Corán también dice a los musulmanes: “Tenéis en el Mensajero de Dios un modelo perfecto (uswatun hasanatun)” (33,21).

El motivo de esta violencia es vario: de un lado puede ser para garantizar la sobrevivencia, o para robar, o para comprar esclavos y esclavas, etc. En una palabra: por el botín. Por lo tanto ha sido ‘revelada’ a Mahoma el capítulo 8, llamado “El botín” (al-Anfâl), por el cual Dios revela a su mensajero ¡que tiene derecho al quinto de todo el botín en la primera elección! (Corano 8, 41). Los ataques pueden tener como finalidad la conversión de las tribus árabes que no creyeran en el único Dios.

Tenemos dos dos biografías musulmanas de Mahoma escritas entorno al 750: a una le llaman la Biografía del Profeta (al-Sīrah al-Nabawiyyah) de Ibn Ishaq, y a la otra El Libro de las Saqueos (Kitāb al-Maghāzī) de al-Wāqidī, en donde describe unos sesenta. No se puede decir que el islam no conosca la guerra y no invite a la guerra. Pero no se puede decir que el islam sea solamente guerra. Existe la una y la otra, según el momento de la vida de Mahoma.

Y este es uno de los grandes problemas de nuestros hermanos musulmanes. Porque es fácil para algunos decir que es islam es una religión de guerra, para convertir todo el mundo a la única y verdadera religión entre las tres reveladas (judaísmo, cristianismo e islam) y en nombre de esto hacer la guerra. Lo vemos por desgracia con el ISIS, con Boko-Haram, con Al-Qaeda, y con muchos otros.

¿Pero qué piensa la mayoría de los musulmanes?
— Padre Samir: Creo que la mayoría de los musulmanes no esté de acuerdo con esta guerra. No es que excluyan cualquier guerra: algunos dirán que se puede hacer solamente una guerra defensiva. Nunca los textos proponen también guerras agresivas. De hecho el califa Abū Bakr, el primer sucesor de Mahoma, poco después de su muerte, decidió hacer las guerras que nosotros en árabe llamamos «ḥurūb ar-riddah», las guerras para traer de vuelta a quienes se habían alejado del pacto con los musulmanes en el seno del islam

Por tanto, esto crea problemas porque cada uno puede reivindicar una citación basada tanto en el Corán, como en los hechos de Mahoma, o los dichos (i Hadīth) de Mahoma.

¿Y entonces?
— Padre Samir. El islam necesita una reforma profunda, y esto lo dicen muchos musulmanes. Recientemente, el presidente de Egipto, Abd al-Fattah al-Sissi, en su famoso discurso del 28 de diciembre de 2014, retomado con más fuerza el 11 de enero de 2015, en el Cairo, pronunciad delante de cientos de imanes de la universidad islámica más famosa del mundo, Al-Azhar, dijo: “debemos hacer una revolución en el islam para interpretar correctamente el Corán y la tradición”.

Eso es dar el contexto histórico…
— Padre Samir. La guerra no resolverá nada porque mañana vendrán otros a hacerla. El problema es replantearse el islam y decir: es verdad que el profeta hizo guerras, es verdad que el Corán tienen pasajes que son, no solo defensivos sino también agresivos, es verdad que el Corán invita a hacer la guerra a quien no cree en el Dios verdadero. Pero eso era en el siglo VII, en una tradición beduina, donde los ataques a las caravanas y las guerras estaban muy difundidas.

Para nosotros sirve con la Biblia…
— Padre Samir: En el Antiguo Testamento tenemos pasajes donde Dios incita a la guerra a través de Moisés, su profeta, (Deuteronomio 20, 10-14) o el terrible pasaje de la conquista de Tierra Santa, en Josué 11, 16-20. Pero la mayoría de nuestros hermanos judíos no lo ve como ipsis litteris, y dice “esto es un hecho histórico de hace tres mil años”.

En cuanto a Cristo, no solo no ha retomado estos discursos bélicos, sino que ha mandado justo lo contrario: “Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo’ y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a sus enemigos, rogad por sus perseguidores; así seréis hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si amáis solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecéis? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sed perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”. (Mateo 5, 43-48).

O: “Pero yo os digo a vosotros que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian. Bendecid a los que os maldicen, rogad por los que os difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. Haced por los demás lo que quieren que los hombres hagan por vosotros” (Lucas 6, 27-28). Hay decenas de otros textos que invitan no solo a la violencia, sino a destrozar la violencia aceptándola.

¿Se ven intenciones de cambio o las declaraciones contra las violencias son por la ocasión?
— Padre Samir: Muchos musulmanes lo ven y hacen un llamamiento a favor de este cambio profundo de la actitud. Muchos entre los intelectuales lo dicen abiertamente, pero son visto como influenciados por occidente. Yo estoy convencido que muchos musulmanes están a favor de no usar la violencia en nombre de Dios, por no se atreven a decirlo y los imanes están casi bloqueados, no osan decir un palabra valiente.

¿Y en esta situación de violencia y guerra en Oriente Medio?
— Padre Samir: Esta guerra horrenda está fundado en el fanatismo religioso, y está sostenida y mantenida gracias a los petrodólares de Arabia a las armas de occidente. El dinero viene principalmente de Arabia Saudí y de Qatar. Las armas provienen de Europa y de Estados Unidos (y para los chiís de Irán), pasando a través de Turquía. El dinero sirve para adquirir armas y para pagar y animar a los yihadistas. A fin de cuentas, muchas naciones se aprovechan de esta guerra que está destruyendo Oriente Medios y sobre todo estas guerras están matando decenas de miles de familias.

La causa de todo esto es ideológica, una forma ideológica islámica, radical, que decreta que quien no piensa y practica un cierto tipo de islam debe ser eliminado. En árabe, se llama takfīr, es decir, declarar que el otro es kāfir, no creyente. Sobre la base de la tradición islámica (incluido el Corán), el kāfir debe ser eliminado. Este pensamiento que se remonta a hace 14 siglos se ha difundido cada vez más en ciertos ambientes en los últimos 40 -50 años (aún si se remonta a antes), tomando como modelo el pensamiento de Arabia del siglo VII.

¿Qué punto importante deberían subrayar?
— Padre Samir: Que los musulmanes son nuestros hermanos, como los judíos, como los ateos o no creyentes. Todos, cada ser humano es mi hermano, también si no comparto su visión. Hemos visto estos días en los periódicos que el ISIS ha atacado una mezquita del Yemen del sur, donde han muerto unas treinta personas. Se matan también entre ellos, porque consideran que quien no piensa como ellos es un no creyente y debe ser asesinado.

La única respuesta a esta ideología es la del Evangelio, la de la fraternidad universal, en términos laicos la del humanismo.

¿La oración que organizó el papa Francisco en el Vaticano tuvo repercusión?
— Padre Samir: Tenía este fin también si se manipuló por el imán que vino de Jerusalén y que recitó un versículo coránico interpretado como un versículo agresivo, que no estaba previsto en el texto.

Mahmoud Abbas, como el presidente Shimon Peres, que estaban allí presentes, seguramente buscan la paz como tantas personas tanto en Israel como en el mundo árabe.

Es hora de salir de la idea de venganza y de guerra. La prueba está en que la guerra y la violencia no solo no resuelven los problemas, sino al contrario, crean más problemas y son la fuente de nuevas violencias.

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