Forum libertas. En ciudades europeas como Madrid o Barcelona han proliferado un gran número de alquileres de coches y motocicletas. A diferencia del alquiler tradicional, en el motosharing y el carsharing se paga por los minutos de uso. Además de esta característica, en la mayoría de estas empresas se puede estacionar el vehículo en cualquier zona de aparcamiento público (free floating).
En el caso de Madrid, fruto de la colaboración de las empresas con el ayuntamiento, el carsharing ha sido un éxito rotundo. Con más de 300.000 usuarios en poco tiempo, Emov (Peugeot) y Car2go (Daimler) fueron las primeras en implementarse en España. En Barcelona, Ada Colau no ha querido la entrada de este innovador sistema de transporte, pero sí el de las motos. Ya forma parte del paisaje urbano las silenciosas motos eléctricas de alquiler.
En Barcelona una portavoz del área de Movilidad ha explicado que Barcelona está culminando un análisis del fenómeno de la movilidad compartida y viendo hasta qué punto se puede compatibilizar el servicio que dan estas empresas y las de bici y moto con el uso del espacio público. “El estudio se presentará próximamente y más adelante se hará la normativa”, ha añadido. Una de las posibilidades es que funcione bajo régimen de concesión o licencia, como el Bicing.
El director de desarrollo para el sur de Europa de Car2Go, David Bartolomé, explica que tienen “muchas ganas de instalarse en Barcelona” y está convencido de que “solo es cuestión de tiempo”. “La llave la tiene el Ayuntamiento y ahora está cerrada”, sostiene.
De entrada, el carsharing ofrece un precio sensiblemente inferior al taxi y al uso urbano de coche particular. El sistema con el que funcionan las dos compañías es muy simple. Los usuarios se dan de alta por internet abonando una módica cantidad (un máximo de 9 euros) y una vez obtenida la aceptación de la empresa ya pueden bajarse al móvil la aplicación que les indicará dónde se encuentran aparcados los vehículos más próximos. Estos se pueden reservar con una antelación de hasta 20 minutos. Una vez situados junto al coche, se da la orden de abrir desde la aplicación y ya solo hay que coger la llave de la guantera para ponerse a circular.
El director de desarrollo para el sur de Europa de Car2Go, David Bartolomé, explica que tienen “muchas ganas de instalarse en Barcelona” y está convencido de que “solo es cuestión de tiempo”. “La llave la tiene el Ayuntamiento y ahora está cerrada”, sostiene.
De entrada, el carsharing ofrece un precio sensiblemente inferior al taxi y al uso urbano de coche particular. El sistema con el que funcionan las dos compañías es muy simple. Los usuarios se dan de alta por internet abonando una módica cantidad (un máximo de 9 euros) y una vez obtenida la aceptación de la empresa ya pueden bajarse al móvil la aplicación que les indicará dónde se encuentran aparcados los vehículos más próximos. Estos se pueden reservar con una antelación de hasta 20 minutos. Una vez situados junto al coche, se da la orden de abrir desde la aplicación y ya solo hay que coger la llave de la guantera para ponerse a circular.
El director de desarrollo para el sur de Europa de Car2Go, David Bartolomé, explica que tienen “muchas ganas de instalarse en Barcelona” y está convencido de que “solo es cuestión de tiempo”. “La llave la tiene el Ayuntamiento y ahora está cerrada”, sostiene.
De entrada, el carsharing ofrece un precio sensiblemente inferior al taxi y al uso urbano de coche particular. El sistema con el que funcionan las dos compañías es muy simple. Los usuarios se dan de alta por internet abonando una módica cantidad (un máximo de 9 euros) y una vez obtenida la aceptación de la empresa ya pueden bajarse al móvil la aplicación que les indicará dónde se encuentran aparcados los vehículos más próximos. Estos se pueden reservar con una antelación de hasta 20 minutos. Una vez situados junto al coche, se da la orden de abrir desde la aplicación y ya solo hay que coger la llave de la guantera para ponerse a circular.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado una comparativa de los diferentes precios. Además de las ventajas económicas, la propulsión eléctrica de estos vehículos le permite aparcar gratuitamente en la ciudad de Madrid (tanto zonas verdes como azul).
En Car2Go (del grupo Daimler) los precios por minuto son de 0,21 €. Las 24 horas cuestan 59 € y el coste por km pasados los 50 km valen 0,29 €. En cambio, en Emov son 0,24 € el minuto. La tarifa diaria (a partir de 5 horas) son 69 euros. El coste por km tras los 50 km vale 0,29 euros.
Zity, recién llegado en 2018, ha hecho su lanzamiento con tarifas de 0,21 € por minuto y tarifa diaria de 55 euros. Permite aparcar para hacer recados y recoger de nuevo el mismo vehículo utilizando el llamado Standby por 0,07 € por minuto.