Elogios para la reforma laboral española

Antonio Argandoña.-Profesor del IESE
Antonio Argandoña.-Profesor del IESE
El Financial Times no suele ser generoso en sus elogios a España, pero hace unos días publicó un interesante artículo de Tony Barber (aquí, en inglés) recordando lo que se había hecho bien en Europa, sobre todo en la periferia, y poniendo a nuestro país como ejemplo. Los argumentos ya los hemos comentado otras veces: no basta reducir el déficit y practicar las políticas de austeridad, sino que hay que recuperar la competitividad, como reclama la Sra. Merkel (que no se limita a pedir más impuestos y menos gasto); para mejorar la competitividad hay que reducir los costes; para reducir los costes hay que moderar los salarios y cambiar las relaciones de fuerza en la negociación colectiva, y eso lo ha conseguido España con su reforma laboral, como muestra la decisión de Nissan de ampliar la producción de sus automóviles en Barcelona.

“A lo largo de los 17 países de la eurozona, los gobiernos, las empresas y los sindicatos tratan de reestructurar las relaciones laborales, abrir sus mercados de productos, rediseñar sus sistemas de pensiones, elevar los estándares educativos y animar la innovación tecnológica”.

Agradezco a Tony Barber sus flores a los esfuerzos de adaptación de nuestra maltrecha economía. Pero que no sirvan para dejarnos llevar por un orgullo tonto (no hay motivos para ello), y mucho menos para detener las reformas, con la excusa de que “ya es suficiente”. No, no lo es. La reforma laboral, por ejemplo, aún necesita muchos más esfuerzos.

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