El Papa: Un alcalde debe ser mediador y no intermediario

El bien común es la ‘estrella polar’ y el individualismo el enemigo. Estar con la gente como lo estaba Jesús
05 de abril de 2014 (Zenit.org) – El papa Francisco recibió este sábado en el Vaticano a la Asociación Nacional de los Ayuntamientos italianos, a quienes indicó que la palabra clave es ‘estar cerca de los ciudadanos’, porque la política en cuanto un servicio, comienza precisamente con la proximidad a la gente y a la vida real.
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Al recibirlos en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre les recordó que el ‘bien común’ es la ‘estrella polar’ de todo compromiso a favor de la colectividad, y subrayó que su enemigo es la cultura del individualismo exasperado, de los intereses sectoriales y de los derechos subjetivos.


El Santo Padre le agradeció el alcalde de Turín por las palabras que dirigió a nombre de todos, y por haber nombrado en su discurso al cardenal Pellegrino, “al cual le agradezco porque después de la primera guerra mundial fue él quien ayudó a mi familia a encontrar trabajo”.

Y Francisco inmaginó que todos en una ciudad o pueblo se dirigen al alcalde y que “así es el trabajo del alcalde… pobre alcalde que termina bajo el peso de tantas cosas” y supuso el gran cansancio de un alcalde al final del día.

“No se entiende -dijo el Santo Padre- a un alcalde que no esté en medio de la gente, porque él es un mediador en medio de la gente. Porque el peligro es volverse un alcalde que no sea mediador sino intermediario”. Y precisó que “un intermediario se aprovecha de la necesidad de la gente y se apropia de algo para sí, como uno que tiene un pequeño negocio” en cambio “el mediador es aquel que paga con su vida por el bienestar de su pueblo”.

Por ello el buen alcalde termina el día “cansado, cansada, con ganas de descansar un poco, pero con el corazón lleno de amor porque fue un mediador. Y les deseó que sean mediadores, en medio del pueblo para lograr la unidad, para lograr la paz, para resolver los problemas y las necesidades del pueblo”.

Pienso a Jesús — concluyó el Papa– que no era alcalde pero que la multitud lo apretujaba. “Así debe ser el alcalde, con su gente, porque esto significa que el pueblo como con Jesús, lo busca porque sabe responder”.

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