Los universitarios pagan de media 1.105 euros al año, aunque la cantidad varía dependiendo del centro y de la carrera elegida.
La Información.-El Estado paga por los universitarios de media unos 6.254 euros por curso. Estos datos resultan de dividir el presupuesto con el que cuenta las universidades españolas públicas entre el número de estudiantes que estudian en ellas.
Los últimos datos por el Ministerio de Educación son de 2011 y afirman que el presupuesto es de 9.899.800.000 euros y en las universidades había 1.582.714 alumnos, de ahí los más de 6.200 euros por estudiante.
Pero los alumnos no pagan estos precios. En realidad, pagan entre un 13 y un 19%, dependiendo de la universidad en la que estudien y la titulación. De media, los estudiantes pagan unos 1.105 euros por cursos, contando con que se matriculan de 60 créditos por curso, que suele ser lo habitual.
El Ministerio de Educación afirma que el precio medio por crédito (una asignatura suele estar compuesta de seis créditos) es de 18,42 euros. Pero cada comunidad tiene la oportunidad de establecer los precios máximos y mínimos de sus centros públicos y por eso difieren tanto entre diferentes regiones.
Hasta titularse, el alumno pagará alrededor de 4.500 euros mientras que el Estado invierte unos 27.500 si el estudiante aprueba todo a su tiempo.
Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid el precio mínimo se establece en los 30,33 euros, por lo que una matrícula de un curso puede salir alrededor de los 1.800 euros. En cambio, en Galicia, el precio medio por crédito es de 11,89, con un resultado de matrícula de 713 euros.
Los gallegos son los que menos pagan de media en España y los que más los catalanes. El precio medio por crédito de estos es de 33,52 euros, que dejaría la matrícula media en 2011,12.
Las titulaciones más caras son las de ciencias de la salud
Los grados universitarios también varían de precio según de la rama a la que pertenezcan. Mientras que las más baratas son las de ciencias sociales y humanidades; las más caras son las de ciencia de la salud con una diferencia de hasta diez euros.
La única comunidad que no distingue precios por especialidades es Andalucía, que establece 12,62 euros por crédito para todas las especialidades.
El resto de regiones sí hace distinciones. Por ejemplo, las universidades de Madrid establecen un precio máximo de 33 euros para las titulaciones relacionadas con la salud como pueden ser Medicina u Odontología mientras que para las de sociales y letras el precio máximo es de 27 euros.
En Castilla y León solo tres grados tienen el precio más alto de toda la comunidad: Arquitectura, Medicina y Veterinaria con 29,95 euros. El resto de titulaciones varían entre los 27,4 euros y los 19,87.
Otro ejemplo es el de Catalunya que varía sus cantidades a pagar entre los 39,53 euros por crédito y 25,27 euros. Una de las más baratas, junto a Galicia, es Cantabria, que impone el importe de los créditos entre los 16,65 euros y los 11,54.
En Oviedo, entre 500 y 1.000 estudiantes a punto de ser expulsados
Todas las universidades establecen unas líneas rojas que los estudiantes no deben sobrepasar si no quieren ser expulsados de la universidad. Pero estas normas, que cada centro pone y aplica de forma autónoma, suele pasar desapercibida para los alumnos.
Así lo ha puesto de manifiesto las últimas propuestas de los alumnos de la universidad de Oviedo que de repente se han visto expulsados sin tener claro por qué.
La normativa de permanencia de Oviedo establece que un estudiante debe tener al menos 90 créditos en su tercer año universitario, de los que 48 tendrán que ser de asignaturas del primer curso.
Esta normativa es de las más duras de España y ha pasado factura a cientos de universitarios. A pesar de que fue aprobada en 2010, los estudiantes aseguran que no estaban al tanto de ella y piden que se modifique para no ver afectada su formación.
El Partido Popular de la región ya se ha mostrado partidario de cambiar el reglamento. La portavoz de Educación de Asturias, Susana López Ares, ha apostado por ser “sensatos” y ha pedido que el Consejo Social de la Universidad “fomente el progreso de estudiante y que este supere créditos” pero también ha abogado por la modificación.
Las normativas de permanencia existen para que los alumnos no se eternicen estudiando en la universidad y haciendo un gasto público innecesario. Algunas de las reglas para no ser expulsados se determinan en aprobar un número mínimo de créditos por curso, un límite de convocatorias o un determinado tiempo de años de estudio por titulación.
Aunque no hay datos oficiales, El País aseguraba el pasado viernes que alrededor de 30.000 universitarios son obligados a abandonar sus estudios por no acatar las normas de permanencia.